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La misión espacial que despegó este domingo de la base de Jiuquan (norte de China ) con dos astronautas a bordo de la nave Shenzhou-11 es la sexta en la historia de China y cierra un lapso de tres años sin que el país haya enviado tripulación al cosmos.
Jing Haipeng, en su tercera misión espacial, y el debutante Chen Dong forman la tripulación de esta misión, que con una duración prevista de 33 días, está llamada a ser la más larga en la historia del programa espacial chino.
Chen se convertió hoy en el undécimo chino en salir al espacio, mientras que Jing, que ya estuvo en la Shenzhou-7 (2008) y Shenzhou-9 (2012), pasó a ser el astronauta de su país que ha participado en más misiones, tres, superando a Nie Haisheng.
Aunque el programa espacial chino nació en 1956 – en 2016 conmemora sus primeras seis décadas de existencia -, la rama especializada en proyectos tripulados no se fundó hasta 1992, cuando Pekín decidió diseñar una estrategia con tres etapas para poner a astronautas en órbita.
A raíz de esa iniciativa surgió la familia de naves espaciales “Shenzhou” (que significa en mandarín, literalmente, “barco divino”) y que es la que ha transportado a todos los astronautas chinos fuera de la Tierra.
La primera nave de esa serie, la Shenzhou 1, fue lanzada el 20 de noviembre de 1999, pero sin tripulación, porque se trataba de un vuelo para perfeccionar la tecnología, como también los fueron las tres siguientes versiones.
La primera misión tripulada de China no llegó hasta el 15 de octubre de 2003, cuando el gigante asiático se convirtió en el tercer país en enviar un astronauta al espacio de forma independiente (después de Estados Unidos y la antigua Unión Soviética).
Yang Liwei fue el primer astronauta chino, al realizar un vuelo espacial de 21 horas a bordo de la nave Shenzhou-5.
Ese logro se amplió dos años después, en 2005, con la misión Shenzhou-6, la primera china en enviar al espacio un equipo de más de una persona (Nie Haisheng y Fei Junlong) para más de un día.
Con estas dos primeras misiones, las autoridades chinas dieron por concluida la primera etapa de su programa tripulado, que consistía en lanzar naves tripuladas al espacio para desarrollar los conocimientos básicos.
El siguiente paso fue crear instalaciones espaciales más complejas, los laboratorios, que pudieran albergar a los astronautas durante más tiempo, al tiempo que llevaban a cabo proyectos de investigación.
En la misión Shenzhou-7 de 2008, China puso en órbita por primera vez a tres astronautas (Jing Haipeng, Liu Boming y Zhai Zhigang), que realizaron las primeras actividades del gigante asiático fuera de la nave, entre ellas el primer “paseo espacial”.
Un hito de esta etapa fue el lanzamiento del primer laboratorio espacial chino, el Tiangong-1, en 2011, al que se acopló, un año después, la siguiente misión tripulada, Shenzhou-9.
La Shenzhou-9 fue la primera misión tripulada en unirse a otra plataforma espacial y transportó, además, a la primera mujer astronauta china, Liu Yang, junto a dos compañeros masculinos, Jin Haipeng y Liu Wang.
Otra mujer, Wang Yaping, formó parte de la quinta y última hasta hoy misión tripulada china, Shenzhou-10, que partió en junio de 2013 y también se acopló con el laboratorio Tiangong-1.
El gigante asiático se encuentra inmerso actualmente en la tercera fase de su programa espacial tripulado, la construcción de una estación espacial que pueda alojar a personas a largo plazo, un objetivo al que las autoridades ya han puesto fecha: 2022.
Con este objetivo, China lanzó el pasado 15 de septiembre un segundo laboratorio espacial, el Tiangong-2, como reemplazo de su antecesor, que en 2017 se destruirá en su retorno a la atmósfera terrestre, y como preparación al establecimiento de la misión permanente.
Y para verificar el correcto funcionamiento de ese nuevo laboratorio y transportar material necesario para sus operaciones, despegó hoy la sexta misión tripulada china, la Shenzhou-11.
(Fuente: EFE)