(Foto: Sobreescocia.com)

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El jueves 18 de septiembre es una fecha clave que podría marcar un nuevo rumbo político y social en Escocia. Ese día se realizará un referéndum en el que los escoceses decidirán si quieren o no separarse del resto del Reino Unido.

Los últimos sondeos divulgados el fin de semana colocaron al ‘Sí’ por delante de la opción del ‘No’, tendencia que podría mantenerse hasta la fecha de la consulta popular dado que la campaña en contra de una eventual secesión es apoyada por diversos grupos políticos de Inglaterra.

El Partido Nacional Escocés, que busca la independencia del territorio, convocó a la contienda luego de arrasar en las elecciones legislativas de 2011. El Gobierno escocés, liderado por Alex Salmond, considera que la unión entre Inglaterra, Gales y Escocia no tiene ningún propósito y que una Escocia independiente, debido a su riqueza petrolera, podría convertirse en una de las naciones más ricas y poderosas del mundo.

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Para el Gobierno británico, liderado por el primer ministro británico David Cameron, el Reino Unido – contando a Escocia – es una de las uniones políticas más exitosas tanto social como políticamente.

La más reciente encuesta realizada por el Sunday Times de Gran Bretaña reveló que el 51% de los votantes está a favor de la independencia del territorio escocés, mientras que un 49% está en contra de la secesión.

A razón de ello, existen varias interrogantes sobre si Escocia podría unirse a la Unión Europea si lograra su independencia del Reino Unido, o si se podría negociar una unión monetaria para seguir utilizando la libra. En Londres indican que esto no es posible ni es una opción.

Según informa el diario estadounidense Los Ángeles Times, el ex primer ministro británico, Gordon Brown, presentó el lunes un calendario para delegar más poderes a Escocia si es que vota en contra de la independencia su territorio, que incluye un mayor control sobre los impuestos y sobre cómo se gastan los fondos de bienestar social.

“Los votantes escoceses tienen derecho a saber en la mayor medida posible sobre cómo los nuevos poderes serán entregados tan pronto como sea posible dentro del Reino Unido”, dijo Brown al presentar su plan.

En el plano económico, el aumento de la incertidumbre en Escocia se vio reflejado en la caída de la libra esterlina a un mínimo de 10 meses frente al dólar estadounidense.

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En tanto, las empresas con participación importante en ese país, incluyendo el Royal Bank of Scotland, vieron caer los precios de sus acciones por esta situación.