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La construcción del nuevo aeropuerto internacional de Cusco, principal puerta para llegar a Machu Picchu, comenzó hoy en Chinchero con polémica por la decisión del Gobierno de asumir la mayor parte de su coste, y con críticas por la ubicación de la pista, en un altiplano a 3.728 metros de altitud.
La colocación de la primera piedra se realizó en una multitudinaria ceremonia sobre los terrenos donde se edificará el aeropuerto, pertenecientes al municipio de Chinchero, situado a 30 kilómetros de la ciudad de Cusco, capital de la homónima región de los Andes peruanos.
En el acto participó el presidente del Perú, Pedro Pablo Kuczynski, y su vicepresidente y ministro de Transportes y Comunicaciones, Martín Vizcarra, además del gobernador regional de Cusco, Edwin Lincona, y un grupo de alcaldes de esa región, entre otras autoridades.
La ceremonia se realizó cuatro días después de lo previsto, pues el Gobierno había anunciado el acto para el martes 31 de enero, pero un día antes lo aplazó ante las críticas recibidas a la adenda al contrato de concesión negociada en las últimas semanas.
En ese documento, el Ejecutivo se comprometía a asumir el coste de la primera fase de las obras para que pudieran comenzar de inmediato ante la incapacidad del concesionario Kuntur Wasi, integrado por la argentina Corporación América y la peruana Andino Investment Holding, para encontrar financiación.
(Foto: EFE)
A FAVOR Y EN CONTRA DEL AEROPUERTO
La suspensión de la firma de la adenda y la postergación de la colocación de la primera piedra enojó a las autoridades cusqueñas, y el miércoles 1 de febrero miles de personas se manifestaron para reclamar el inicio de las obras, lo que llevó al Gobierno a anunciar el comienzo de la construcción para hoy.
En la ceremonia, Kuczynski tildó de “loquitos” a los que afirman que la ubicación del aeropuerto no es idónea para el tráfico de aeronaves y mandó callar a los que criticaron la adenda.
A los criticones les decimos: cállense la boca y déjennos trabajar. Nosotros trabajamos contra la marea, contra del viento y contra las influencias. Y persistimos”, dijo Kuczynski.
Entre los críticos al proyecto está la Asociación de Pilotos Peruanos, que advirtió que el espacio para su construcción es un altiplano húmedo de los Andes, donde suele haber neblinas, lluvias y fuerte viento en determinadas épocas del año.
En el país reina además una sensación de desconfianza en las licitaciones públicas, tras conocerse el escándalo de corrupción por los sobornos pagados por la empresa brasileña Odebrecht entre 2004 y 2015.
Vizcarra aseguró que su Ministerio estará vigilante para garantizar que el aeropuerto esté culminado en cinco años y que no haya ninguna alza en el coste.
El proyecto fue adjudicado en 2014 por el Gobierno del presidente Ollanta Humala (2011-2016) a Kuntur Wasi en la modalidad de asociación público-privada, con una concesión de 40 años.
Con la adenda suscrita, el aeropuerto tendrá un coste de 520 millones de dólares, de los que 410 millones de dólares serán cubiertos por el Gobierno peruano y 109 por el concesionario.
El presupuesto está repartido en 145 millones de dólares para el movimiento y nivelación de terrenos, 264,8 millones para la construcción de la infraestructura e instalaciones, 89 millones para obras complementarias y 20 millones para la supervisión de obras.
Está previsto que se inaugure en 2021, con una capacidad para acoger hasta 20.000 pasajeros por día, y una pista de aterrizaje de cuatro kilómetros de largo y 45 metros de ancho, donde podrán operar aeronaves de fuselaje ancho.
Las nuevas instalaciones reemplazarán al actual y colapsado terminal aéreo Alejandro Velasco Astete, ubicado dentro de la misma ciudad, la segunda con mayor tránsito del Perú, después de Lima, con unos dos millones de pasajeros anuales.
Fuente: EFE