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La estratégica ubicación en el Pacífico Occidental de la isla de Guam, donde viven 160.000 habitantes, la ha convertido en el objetivo expreso del régimen norcoreano dentro de la escalada de tensiones entre Estados Unidos y Corea del Norte.
Guam, territorio estadounidense desde 1898, se encuentra a medio camino entre Corea del Norte y el archipiélago de Hawai, y esa proximidad facilita que sea la diana designada por el líder norcoreano, Kim Jong-un, cuyos test de misiles han mostrado dificultades para distancias más largas.
La isla, la mayor del archipiélago de las Marianas, se encuentra a 3.400 kilómetros al sureste de Corea del Norte y a 6.500 kilómetros al oeste de Honolulu, capital del estado de Hawai.
Guam cuenta con un importante contingente militar estadounidense, destacado en una base naval y la base aérea Andersen, donde están desplegados un total de 6.000 soldados y que controla el 40 % del territorio.
Fruto de su remota posición geográfica, las principales fuentes de ingreso proceden de las Fuerzas Armadas estadounidenses y el turismo, especialmente de japoneses.
Los habitantes de Guam son ciudadanos estadounidenses por nacimiento, pero no cuentan con representación formal en el Congreso del país norteamericano ni pueden votar en las elecciones presidenciales.
La isla fue reclamada por España en 1565, poco después de ser localizada por Fernando de Magallanes en su vuelta al mundo por el Pacífico, y perteneció a la Corona española hasta la Guerra Hispano-Estadounidense de 1898, cuando pasó a formar parte de EE.UU.
Durante tres décadas, fue una importante parada en la ruta de los galeones españoles entre Manila (Filipinas) y Acapulco (México).
En la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) fue ocupada temporalmente por los japoneses; y posteriormente tuvo un papel importante durante la Guerra de Vietnam, como base de abastecimiento, en la década de 1960 y principios de 1970.
Este martes, el presidente estadounidense, Donald Trump, amenazó con “fuego y furia” a Corea del Norte si continuaba con sus provocaciones militares, un lenguaje que generó preocupación por el tono poco habitual.
Poco después, un portavoz del Ejército Popular de Corea del Norte (KPA) replicó que Pyongyang analiza un plan para atacar Guam “con misiles de alcance medio largo Hwasong-12 para contener las principales bases estratégicas de Estados Unidos en la isla, incluida la Base Aérea de Anderson”.
Para tranquilizar los ánimos, el secretario de Estado, Rex Tillerson, realizó hoy una parada no planeada en Guam a su regreso de una gira asiática que le llevó a Filipinas y Tailandia y aseguró que los estadounidenses pueden “dormir tranquilos” pese a las amenazas nucleares.
Según Tillerson, Trump estaba intentando enviar un “fuerte mensaje” a Kim Jong-un que el dictador “pueda entender, porque no parece entender el lenguaje diplomático” y para evitar algún tipo de “malos cálculos”.
En el mismo sentido se expresó el gobernador de Guam, Eddie Balza Calvo, en un mensaje en el que indicó que “no ha habido cambio en el nivel de amenaza como consecuencia de los acontecimientos en Corea del Norte”.
EFE
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