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La cumbre extraordinaria de ministros de salud de la Unión Europea lo ha demostrado: en la lucha contra la epidemia del ébola cada uno libra sus propias batallas. Pero una estrategia los une: quieren controlar más.
En Alemania el ministro de salud advierte de no caer en la histeria y cree que el sistema sanitario está bien preparado para enfrentar el virus. En Gran Bretaña, por su parte, prefieren realizar simulacros para un caso de emergencia e introducen exámenes clínicos para pasajeros en puertos y aeropuertos. Francia, por otro lado, le medirá la temperatura a los pasajeros provenientes de Guinea porque “si no hay fiebre, no hay riesgo de infección”, resalta la ministra gala de salud, Marisol Touraine. También la República Checa anunció controles médicos en inmigración.
Aunque no hay consenso sobre la verdadera efectividad de estos controles, teniendo en cuenta que el virus tiene un tiempo de incubación de hasta tres semanas, ante los casos de infección en Estados Unidos y España los gobiernos europeos prefieren hacer más y no menos.
“Ayudar a África también nos protege”
Bruselas deja a disposición de cada país la implementación de controles de prevención, pero sí recomienda informar a los viajeros de África occidental y ofrecerles apoyo. Debe, por ejemplo, haber un teléfono al cual llamar en caso de sentirse mal y advertir a los hospitales, en caso de tener que asistir a estos, en caso de sentir síntomas que hagan presumir una infección con ébola.
La UE no habla de una pandemia porque el ébola se limita, hasta ahora, a pocos países de África occidental y la estrategia se orienta más bien a ayudar a los países afectados directamente: Guinea, Sierra Leona, Liberia y Nigeria, para los que la UE ha destinado una ayuda financiera de 180 millones de euros, que se suman a los 300 millones ofrecidos por los países miembro.
“Esta ayuda, necesaria para las personas en África, es la más efectiva protección de la población en Europa”, resalta el ministro germano de salud Hermann Gröhe.
Controles en aeropuertos europeos no son suficientes
Por ello la Comisión Europea quiere reforzar los controles en las salas de emigración en los aeropuertos africanos, sobre todo en Guinea, Liberia y Sierra Leona. Según ACI, una organización del gremio de administradores de aeropuertos, hasta ahora se han realizado 36.000 controles de pasajeros, a quienes se les mide la temperatura y se les somete a un cuestionario antes de partir desde África a otros destinos. A 77 personas se le impidió viajar por sospecha de portar el virus del ébola, pero en ninguno de los casos se confirmó el mal, según ACI.
La UE quiere empero reforzar esos controles, en determinados casos, en cooperación con Naciones Unidas. El rigor de las diferentes estrategias nacionales dentro de la UE se debe a la estrecha red de vías entre Europa y África. Air France, por ejemplo, sigue manteniendo su vuelo directo a Conakry, en Guinea. Brussels Air vuela también a Conakry, pero además a Monrovia, la capital de Liberia. Y Royal Air Maroc sigue uniendo a África occidental con Europa, vía Marruecos.
Si bien la Comisión ha recomendado el envío de soldados, así como la participación en la evacuación de personas de las zonas de riesgo, la voluntad de los países miembro es reducida. Lo cierto es que la estrategia común de la UE se limita al intercambio de información y coordinación de las medidas de los diferentes países para impedir la extensión del ébola.
Brice de la Vigne, uno de los directores de Médicos sin Fronteras, considera que “la lucha contra el ébola es demasiado lenta”. Para de la Vigne: “El factor tiempo es importante, por lo que la lucha contra el ébola debería entenderse como una guerra en la que no hay tiempo que perder”.
(Fuente: Deutsche Welle )