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Las personas con nombres fáciles de pronunciar se perciben como más familiares, menos peligrosas y, por lo tanto, más dignas de confianza, afirma un nuevo estudio de científicos neozelandeses.
Los futuros padres que están viendo la opción de dar a sus hijos unos nombres complicados o exóticos deberían pensárselo de nuevo, ya que cuanto más difícil de pronunciar es el nombre, hay menos probabilidades de que las personas confíen en el individuo que lo lleva, aseveran científicos neozelandeses en un estudio publicado la revista PLoS ONE.
Así, en el marco de un experimento los investigadores pidieron a voluntarios universitarios que calificaran la pronunciabilidad de nombres reales de 18 países. Luego, los organizadores dijeron a un nuevo grupo de participantes de pregrado que unos estudiantes internacionales habían hecho varias declaraciones, tales como “Las jirafas son los únicos mamíferos que no pueden saltar”, y su tarea consistía en evaluar la veracidad de estas frases.
Resultó que los jóvenes del segundo grupo eran menos propensos a confiar en las declaraciones, cuando se atribuían a las personas con los nombres más complicados. “La fluidez puede influir en el juicio”, concluyó el autor principal del estudio, Eryn Newman de la Universidad Victoria de Wellington, Nueva Zelanda.
“Nuestros hallazgos muestran que los nombres fáciles pueden conferir una serie de beneficios en las personas que los llevan”, aseveró el investigador, quien especificó que un mismo nombre puede percibirse de maneras diferentes dependiendo del origen de la persona y del país donde vive.
Además, los científicos afirman que las personas con nombres sencillos son evaluadas por los empleadores de una manera más positiva, son más simpáticas, más preferibles como candidatas a las elecciones y ocupan los cargos más altos en las empresas legales.
Fuente: RT en español