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El papa Francisco pidió a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que actúe en contra de las injusticias económicas. El Sumo Pontífice pronunció un discurso ante el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon.
“Se trata, en particular, de desafiar todas las formas de injusticia, oponiéndose a la economía de la exclusión, a la cultura del descarte y a la cultura de la muerte, que, por desgracia, podrían convertirse en una mentalidad pasivamente aceptada”, expresó.
Francisco agradeció a la ONU por sus esfuerzos a favor de la paz en el mundo y le recordó a la institución que una “importante parte de la humanidad sigue excluida de los beneficios del progreso, relegada a seres de segunda categoría”. La audiencia se celebra pocos días después de que un comité especializado de la ONU analizara las medidas del Vaticano para combatir la pedofilia por parte de curas.
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El Sumo Pontífice no se refirió al informe de la Santa Sede que da cuenta que la Iglesia católica, en los últimos 10 años, destituyó a 848 sacerdotes y otros 2.572 fueron sancionados. En total se examinaron 3.420 casos basados en “acusaciones creíbles” de abusos cometidos por religiosos entre los años 1950 y 1980.
“La mirada, muchas veces sin voz, de esa parte de la humanidad descartada, dejada atrás, tiene que remover la conciencia de los operadores políticos y económicos y llevarles a decisiones magnánimas y valientes, que tengan resultados inmediatos”, añadió sobre las desigualdades económicas.
Aunque no mencionó las palabras aborto ni eutanasia, Francisco reiteró la condena de la institución al asegurar que “la vida es sagrada e inviolable desde su concepción hasta su fin natural”.