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La candidata demócrata a la presidencia de Estados Unidos, Hillary Clinton, destacó la relación cultural entre su país y América Latina, en una columna de opinión escrita en español en el diario de Miami El Nuevo Herald.
La exsenadora defendió el “poder” que suscita la “proximidad” geográfica e histórica, una característica que debe ser “aceptada” por el pueblo estadounidense.
Para Hillary Clinton ninguna región es más importante para la prosperidad y seguridad a largo plazo de Estados Unidos que Latinoamérica. Resaltó, además, la “interdependencia” de las economías y la ventaja que suponen el vínculo entre comunidades y familias.
“Hay poder en nuestra proximidad, no sólo nuestra cercanía geográfica sino también nuestros valores, intereses y el patrimonio cultural en común. No deberíamos amurallarnos frente a esa realidad, deberíamos aceptarla”, manifestó en alusión a su rival republicano, Donald Trump, quien promete construir un muro en la frontera con México si llega a la Casa Blanca.
Hillary Clinton subrayó que ella y su compañero de fórmula, el senador Tim Kaine, quien vivió un tiempo en Centroamérica, ven en Latinoamérica “un potencial de democracias vibrantes, una clase media creciente, recursos naturales extraordinarios, algunas de las comunidades más diversas del mundo y un (inspirador) sentido de optimismo y posibilidad”.
“Donald Trump mira al sur y solo ve crimen y caos. Desde el primer momento de su campaña, él menospreció a los latinos de Estados Unidos, insultó y degradó a personas en toda la región y prometió construir una muralla entre nosotros y nuestro vecino más cercano. Está completamente equivocado”, añadió.
CUBA, VENEZUELA Y COLOMBIA
Tras celebrar el restablecimiento de relaciones con Cuba, Hillary Clinton recordó que completaría la tarea iniciada por Barack Obama. “A medida que comenzamos un nuevo capítulo en nuestra relación con Cuba, continuaremos nuestro trabajo contra los abusos de los derechos humanos en la isla”, agregó.
En cuanto a Venezuela, pidió “mantener la presión y trabajar para encontrar una solución pacífica a la actual crisis política y humanitaria (…), legado del régimen autoritario de Hugo Chávez y Nicolás Maduro. A la vez que los venezolanos expresan su derecho constitucional a emprender un cambio de rumbo, deberían saber que no están solos. Estados Unidos está con ellos”, indicó.
En el caso de Colombia, puso de relieve el acuerdo de paz con las FARC y anotó que Washington debe ser un “socio” en el “largo pero prometedor” proceso.
La violencia de las pandillas en naciones de Centroamérica como El Salvador, Guatemala y Honduras, que obliga a miles de personas a migrar hacia Estados Unidos, tiene que afrontarse con colaboración para promover la paz y oportunidades laborales en una economía legítima, apuntó.
“Nuestra administración hará de profundizar los vínculos con Latinoamérica una pieza central de nuestra política exterior”, acotó.