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Es una gran aliada para cuidar el medio ambiente. La economía circular se presenta como un sistema de aprovechamiento de recursos donde se alienta el reciclaje y el reaprovechamiento de materiales biodegradables que, al agotar su vida útil, no provoquen daños en la naturaleza.
Con ella se benefician tanto las empresas como los consumidores. Según detalla la agencia Andina, los residuos se convierten en recursos que no se desechan. Todo el material biodegradable vuelve a la naturaleza y el que no es biodegradable se reutiliza para elaborar nuevos productos.
Actualmente, los consumidores son más conscientes en adquirir productos y servicios sustentables con el medio ambiente. Según Kantar, en América Latina, ese grupo o nicho representa un crecimiento de un 6% que vale 4 billones de dólares para el sector de bienes de consumo.
En ese sentido, desde la iniciativa “¡Fantástico! Menos Plástico” hablaron sobre los factores que deben evaluar las empresas para la conversión del modelos de economía lineal al de económica circular: pensar cuán eficiente es el gasto, rediseñar nuevos productos o servicios que impliquen menos costo, explorar cuál es la oferta y la demanda con atributos circulares, y sobre todo cómo transmitir a los trabajadores una misma visión del cambio.
Para Ángel Rodríguez del Castillo, Jefe de Sostenibilidad de Cencosud, el equipo de compras debe tener el compromiso y conciencia de la sustentabilidad ambiental, para adquirir productos y lo verán reflejados en sus negociaciones o licitaciones. Al estar alineados con la visión de la empresa u organización se podrán evaluar nuevos criterios, por ejemplo, de cambios de packaging de un producto o proceso y conocer que tan eficiente se puede ser.
Algunas de las empresas que fomentan el consumo responsable con sus iniciativas son Wong y Metro. Ambas tiendas disponen de productos en empaques y presentaciones ecoamigables y se convirtieron en los primeros supermercados en Latinoamérica en ser miembros del GLOBAL G.A.P., certificadora líder a nivel mundial que regula las buenas prácticas de productos agrícolas, ganaderos y de acuicultura.
Entre las prácticas de consumo responsable como parte de su compromiso por generar impacto positivo en la sociedad y en el medio ambiente están: el cambio de empaques tradicionales por materiales reciclables y ecoamigables; eliminación del tecnopor y cañitas de plástico; promover el reciclaje en sus iniciativas junto con la Municipalidad de Miraflores; trabajo con organizaciones por el bienestar de poblaciones vulnerables con la donación de alimentos, entre otras acciones que fomentan la sostenibilidad en cada uno de los procesos de su negocio.