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La ola de asesinatos de 17 escolares en Honduras en los últimos días genera preocupación en la población y especialistas en derechos de niños. En el país han muerto 352 menores de 23 años en lo que va del año.
La fiscalía hondureña investiga la muerte en las últimas semanas de al menos ocho niños, entre ellos dos hermanos, en un barrio popular de la ciudad de San Pedro Sula. Las autoridades presumen que fueron asesinados porque se negaron a ingresar a las pandillas Mara salvatrucha y M-18.
Sobre los crímenes, el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, expresó su preocupación por la posibilidad de que se hayan cometido en respuesta a su política de lucha contra el crimen organizado. Desde que asumió el cargo en enero, el mandatario envió militares a las zonas más peligrosas.
ENLACE: Honduras: Ola de asesinatos de escolares conmueve a la población
Al respecto, el director de Casa Alianza en Honduras, José Ruela, consideró que la estrategia seguida hasta ahora por el Gobierno de Hernández para reducir la violencia no ha dado resultados positivos. “Hoy los niños de Honduras no pueden jugar en las calles porque son víctimas de la violencia. Hay gente muy rica a costa de la sangre de los niños y niñas pobres”.
“Los delincuentes ahora saben que están cercados, saben que están muy limitados, saben que buena parte de sus jefes están siendo capturados (…). Si hay consecuencias las vamos a enfrentar”, advirtió Hernández. En cuanto asumió su mandato en enero, el presidente ordenó el envío de miles de militares a zonas sitiadas por pandillas y narcotraficantes, y bloqueó celulares en las cárceles desde donde operan los criminales.