Se desconocen los motivos del aviador. (Foto: EFE)

Se desconocen los motivos del aviador. (Foto: EFE)

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Luego de revelarse que el copiloto Andreas Lubitz estrelló a propósito el avión Airbus de Germanwings en los Alpes franceses con 150 personas a bordo, el pavor y una nueva sorpresa embargan a los familiares de las víctimas.

“Es mucho, mucho más grave de lo que pensábamos. Nos deja furiosos, desconcertados y perplejos”, expresó Ulrich Wessel, director de la escuela alemana de la ciudad de Haltern que perdió a 16 alumnos de intercambio y dos maestras en el accidente.

La fiscalía francesa reveló que Lubitz, de 27 años, aprovechó que el piloto salió de la cabina de mando al baño para asegurar la puerta e impedir que reingrese. Según las investigaciones, el aviador apretó el botón de descenso por causas aún no conocidas.

ENLACE: Germanwings: Copiloto inició de forma ‘‘intencionada’‘ descenso de la nave

“Ya era suficientemente grave perder a un ser querido. Pero la idea de que esto haya sido provocado por una única persona, al parecer a propósito, abre una nueva dimensión”, añadió el alcalde de la ciudad, Bodo Klimpel.

En el vuelo que partió el martes 23 de Barcelona a Düsseldorf iban, en su mayoría, ciudadanos alemanes y españoles. La empresa Lufthansa adelantó la segunda terrible noticia a los familiares de los fallecidos.

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“Nos ocupamos de que no se enteraran por los medios (…) No sé si el dolor puede seguir aumentando cuando pierdes a alguien querido”, indicó el director ejecutivo de Lufthansa, Carsten Spohr.

De acuerdo al psicólogo alemán Steffen Fliegel, la idea del accidente forzado por el copiloto representa un nuevo nivel de trauma para los seres queridos de los pasajeros. El especialista explicó que las consecuencias de una tragedia se dividen en categorías que van en aumento si se trata de una catástrofe natural, un incidente originado por problemas técnicos, un error humano o, en el peor de los casos, un desastre causado a propósito.