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Un juez federal de los Estados Unidos autorizó a Detroit para continuar con su pedido de quiebra, pese a las objeciones de sus acreedores y las protestas de los trabajadores que temen por sus pensiones.
La antigua capital de la industria automovilística estadounidense tiene una deuda US$18,5 mil millones, tras décadas de poco ingresos por impuestos, deterioro urbano y una población menguante, informó The Detroit News.
El proceso de declararse en bancarrota por la ciudad fue iniciado en julio de este año, luego de que la ciudad admitiera que no tenía suficientes fondos para mantener los servicios públicos.
“La quiebra es la única solución que permitirá a Detroit volver a ser estable y viable”, dijo en esa ocasión el gobernador de Michigan, Rick Snyder.
Luego de semanas de deliberaciones, el juez Steven Rhodes decidió que la ciudad era apta para reestructurar su deuda y sus obligaciones. Esto bajo el capítulo 9 de la ley de quiebras de EE. UU., que se aplica a las municipalidades.
La decisión del magistrado fue apelada por los principales sindicatos de la ciudad, como medida para defender a los pensionados quienes temen que se le corten sus beneficios.