Barack Obama atendió uno de los principales reclamos de Cuba tras deshielo. (Foto: EFE)

Barack Obama atendió uno de los principales reclamos de Cuba tras deshielo. (Foto: EFE)

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Cuba y Estados Unidos salvaron hoy un importante escollo en su relación con un nuevo acuerdo migratorio que pone fin a la política pies secos/pies mojados, una larga demanda de la isla que busca frenar el éxodo de los últimos años, agudizado a raíz del deshielo diplomático que Donald Trump cuestiona.

“Un importante paso en el avance de las relaciones bilaterales ha tenido lugar este 12 de enero con la firma de un acuerdo, que entró en vigor ese propio día, dirigido a garantizar una migración regular, segura y ordenada”, afirmó la directora para Estados Unidos de la Cancillería cubana, Josefina Vidal.

Tras más de un año de negociaciones, los dos países anunciaron hoy este nuevo acuerdo migratorio, tema conflictivo por décadas en la relación bilateral, justo una semana antes de que tome posesión como presidente de EE.UU. Donald Trump, partidario de poner coto a los beneficios migratorios a los cubanos.

El nuevo acuerdo elimina con efecto inmediato la política migratoria pies secos/pies mojados, que permitía quedarse legalmente en el país a los cubanos que llegan a tierra, mientras que los interceptados en el mar eran devueltos a la isla, y el programa Parole que aceptaba a profesionales de la salud cubanos.

Por su parte, Cuba se compromete a recibir a sus nacionales deportados por tratar de entrar ilegalmente a Estados Unidos, así como a “garantizar el derecho a viajar y emigrar de los cubanos y de regresar al país”, tal y como establecen la leyes migratorias vigentes.

RECLAMO CUBANO DESDE CRISIS DE LOS BALSEROS

Esa nueva ley, adoptada por el presidente Raúl Castro, implicó importantes cambios en esta materia como la eliminación del permiso de salida o la posibilidad de retorno de los ‘desertores’ de misiones en el exterior.

Históricamente, el Gobierno cubano ha exigido el fin del trato preferencial migratorio a sus ciudadanos, al considerar que alentaba la migración ilegal, el tráfico de personas y la fuga de cerebros, un serio problema para la isla. La demanda se ha intensificado a raíz del acercamiento diplomático iniciado en diciembre de 2014.

Ante el temor de que Estados Unidos eliminara los beneficios migratorios a cubanos como parte de los acuerdos para normalizar relaciones, la llegada de cubanos a ese país se ha disparado en los últimos años: más de 63.000 emigraron allá el pasado año, mientras que en 2015 lo hicieron unos 43.000, un 78% más que en 2014, la gran mayoría a través de la frontera con México.

El éxodo de cubanos temerosos de perder este privilegio provocó de hecho a finales de 2015 una grave crisis en Centroamérica, donde quedaron varados miles de isleños en un largo y peligroso periplo para ingresar en Estados Unidos.

La política ‘pies secos/pies mojados’ implicaba de facto la residencia automática para los cubanos, ya que permitía quedarse legalmente a los que llegaran a suelo estadounidense y acogerse a la Ley de Ajuste de 1996, que otorga la residencia permanente a los cubanos un año y un día después de ingresar en el país.

Esa política fue una enmienda de 1995 del presidente Bill Clinton a la Ley de Ajuste – cuya derogación depende del Congreso – para dar respuesta a la ‘crisis de los balseros’ de 1994, por la que más de 35.000 cubanos emigraron por mar hasta EE.UU. debido a la grave crisis económica del Periodo Especial en los años noventa.

“La terminación de esa política podría representar un serio desafío para la Administración de Donald Trump. Actualmente existe un enorme potencial migratorio en Cuba, que podría desembocar en una nueva crisis migratoria”, señaló a Efe el director del Centro de Investigación sobre Cuba de la Universidad de Florida, Jorge Duany.

Para el presidente de la Academia de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Harvard, Jorge Domínguez, la decisión, una de las últimas medidas de la Administración de Barack Obama respecto a Cuba, es “perfectamente consistente con las prioridades migratorias de Donald Trump”, que asumirá el cargo de presidente en la Casa Blanca el próximo 20 de enero.

Donald Trump ha expresado en varias ocasiones su intención de revocar la Ley de Ajuste, creada en 1966 para dar asilo a los cubanos perseguidos por la revolución, pero que décadas después sirve para dar cobijo a cubanos que emigran por razones económicas.

Aunque el fin de la doctrina ‘pies secos/pies mojados’ concuerda con la postura de Donald Trump, el polémico empresario se ha mostrado partidario de revertir el acercamiento diplomático si Cuba no hace concesiones en materia de derechos humanos, algo que las autoridades de la isla perciben como una intromisión en sus asuntos internos.

Fuente: EFE