(Foto: Wikimedia)

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El 9 de noviembre de 1989 cayó el Muro de Berlín. Unas semanas más tarde, la parte comprendida entre el Reichstag y la Puerta de Brandeburgo estaba llena de agujeros.

Tanto los berlineses como los turistas empezaron a recoger trozos del hormigón que había dividido la ciudad durante 28 años. Los vendedores ambulantes siguen ofreciendo pedazos de la famosa pared y ganan dinero con ello. El Muro sigue siendo un negocio millonario.

Sus restos están diseminados por todo el mundo: en museos, monumentos… “Los restos del Muro son una reliquia de la historia mundial”, comenta el historiador del Centro de Investigación de Historia Contemporánea en Potsdam, Hans-Hermann Hertle.

Con la construcción de este muro, que se inició el 13 de agosto de 1961, Alemania Oriental quería evitar que se desangrara su economía, ya que unos 1,6 millones de alemanes de la parte Este habían pasado aquel año al Oeste por Berlín. Con los años, el muro se fue extendiendo más allá de la ciudad. Miles de personas trataron de huir a través de él y 138 murieron en el intento.

Recuerdo de Berlín

Es cierto que en Berlín sólo se mantienen unas pocas secciones originales del Muro, pero éste sobrevive como souvenir. Hay llaveros, imanes o postales, que incluyen un fragmento. En una tienda al lado del antiguo paso fronterizo Checkpoint Charlie se pueden comprar trozos del Muro a partir de 4,90 euros. “El interés por el Muro sigue siendo grande”, comenta Wielang Giebel, director general de la editorial de Historia de Berlín, que también comercializa recuerdos del Muro.

Berlín tiene un almacén con fragmentos del mismo en los “Jardines de Mundo”, en Marzahn, informa Anna Kaminsky, directora de la Fundación Federal para la superación de la dictadura comunista en Alemania.

Un buen negocio

Poco después de la caída, algunos hombes de negocios vieron la posibilidad ganar dinero con los restos del Muro. De hecho, empresarios nacionales y extranjeros ofrecieron a la RDA, cercana a la quiebra, una gran cantidad de dinero por piezas del mismo, como cuenta el historiador Ronny Heidenreich. Las autoridades germano orientales de entnces aceptaron. Pero, según decía el comunicado oficial, los fondos sólo debían ser usados ​​para fines humanitarios y para mejorar el sistema de salud.

También en la parte occidental se creó una agencia de ventas. Una subasta de restos del Muro realizada en Mónaco reportó entre 1,8 y 2,2 millones de marcos alemanes.

Material de construcción

En el verano de 1990 se encarga la demolición de unos 155 kilometros de la famosa muralla. Empresas privadas, principalmente alemanas, apoyaron a las tropas fronterizas en la tarea y, a cambio, recibieron escombros de la misma. De esta manera, una gran parte de Muro se transformó en gránulos, que, posteriormente, se destinaron a la construcción de carreteras.

A nivel mundial, el Muro sigue siendo el símbolo de la división alemana. Hay más de 140 monumentos en los que se utilizaron fragmentos del mismo, tal y como se describe en una nueva edición del libro “El muro de Berlín en el Mundo”, de Ronny Heidenreich.

El mayor conjunto fuera de Berlín está en el “Newseum”, en Washington, junto a una torre de vigilancia original.

(Fuente: Deutsche Welle )