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Tras analizar la conducta de 15.000 personas, los investigadores de la Universidad de Hertfordshire, encabezados por Richard Wiseman, llegaron a una conclusión definitiva: “La intuición femenina no es nada más que un mito inventado por la humanidad”.
A fines del año 2013 un grupo de neurocientíficos de la Universidad de Pensilvania afirmó que el secreto de la intuición consistía en que los hombres y las mujeres solían activar su cerebro de una manera diferente. Mientras que en el cerebro femenino se observan más lazos entre los hemisferios cerebrales, en el masculino dominan las cohesiones internas de cada hemisferio, de ahí que las mujeres destaquen por poder concordar de mejor manera la mente analítica e intuitiva, evitando las afirmaciones categóricas.
“La capacidad de intuir de las mujeres no es mejor que la de los hombres, sino que debido a la estructura de su cerebro las mujeres la usan más frecuentemente”, argumenta Albert Barqué, doctor en Ciencias Cognitivas de la Universidad de la City de Londres.
Según los científicos ingleses, las diferencias entre los dos sexos tienen más conexión con los sistemas hormonales y reproductivos, mientras las diferencias cognitivas son insignificantes. En otras palabras, las diversidades culturales de la conducta tienen más importancia que las diversidades genéricas, y la famosa intuición femenina no es nada más que una sensibilidad elevada y una mejor percepción de las señales no verbales.
Las causas de esta sensibilidad particular se arraigan en todo el proceso evolutivo y el papel histórico de la mujer como madre y criadora de los hijos; y, sorprendentemente, en razones culturales, o sea, en la más baja posición histórica de la mujer en el escalón social y, en consecuencia, la necesidad de observar la conducta de los demás.
La otra explicación comprende la idea de que los conceptos de la peculiaridad femenina y la intuición se vincularon uno a otro en el marco del modo de pensar occidental, construido a base de nociones opuestas como hombre–mujer, lo particular–lo gubernamental, reproducción–producción, cuerpo–mente, inteligencia–intuición, formando de esta manera un cierto sistema de jerarquía.
“Es evidente que toda la historia de la humanidad ha favorecido el surgimiento de diferencias profundas entre los dos sexos, sin embargo no son tan significativas como solemos considerar. Es necesario suprimir mitos, hechos alterados, concepciones falsas”, destaca Barqué.
La intuición se manifiesta tanto en hombres como en mujeres de una manera equitativa, las últimas solo están más dispuestas a elaborar y analizar la información que a primera vista parece insignificante. Las mujeres son las mejores en adivinar y prever, ya que suelen fijarse más en su alrededor, prestar más atención a los detalles, las sonrisas, los gestos y las miradas. (Fuente: RT en español )