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La canciller alemana, Angela Merkel, admitió el lunes que la política de su país con los refugiados “no es tan ordenada como podría serlo”.
“Estamos trabajando en ello, porque la política es todo menos perfecta”, dijo Merkel.
En un encuentro con ciudadanos alemanes celebrado en la ciudad bávara de Núremberg, la canciller echó de menos una distribución ordenada de los refugiados entre los países de la Unión Europea, así como una colaboración fluida con Turquía para regular la llegada de refugiados.
La jefa del gobierno alemán departió con 60 ciudadanos sobre los asuntos que les preocupan. En la ocasión mostró su confianza en que Alemania superará la crisis de los refugiados.
“Son muchos, muchos los que vienen en busca de asilo, pero nosotros somos 80 millones; podemos y debemos conseguir esa integración”, aseguró ante los ciudadanos.
Es importante, dijo, que rija el mismo derecho para todos, por ejemplo en lo concerniente a la vivienda. No se debe, advirtió, azuzar a los más débiles de la sociedad unos contra otros. Es peligroso “que una pensionista termine creyendo que para encontrar ayuda hay que venir de fuera”.
Además, Angela Merkel insistió en la importancia de las deportaciones. Unos 100.000 solicitantes de asilo, sobre todo de los países balcánicos, llegaron este año y no tienen perspectivas de que se les reconozca como refugiados.
Su expulsión a sus lugares de origen debe aplicarse de forma consecuente, “para que los que de verdad necesitan nuestra protección, la obtengan”, recalcó.
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