Andréi Chikatilo (Foto: Wikimedia)

Andréi Chikatilo (Foto: Wikimedia)

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Andréi Chikatilo, ucraniano de nacimiento, es considerado el peor asesino en serie de la antigua Unión Soviética tras confesar que cometió al menos 52 crímenes a lo largo de su vida.

Conocido como ‘El carnicero de Rostov’, Chikatilo nació el 16 de octubre de 1936 y desarrollaba una vida con situaciones paralelas. Por un lado era un hombre casado, emprendedor y con una férrea tendencia comunista, y por otro era un despiadado asesino que tenía en los niños a sus principales víctimas.

Chikatilo tuvo un problema que prácticamente marcó su vida para siempre y no le permitió realizarse como un hombre normal: la disfunción eréctil. No se sabe por qué este personaje padeció este trastorno sexual durante toda su vida, aunque a pesar de ello pudo conseguir una esposa y hasta tener hijos.

Chikatilo, como todo soviético, sirvió en el ejército y se dedicó con mucho ahínco a los estudios, obteniendo tres títulos en Literatura rusa, Ingeniería y Marxismo-Leninismo. A inicios de la década de 1970 se graduó de maestro, aunque no ejerció por mucho tiempo dado que fue acusado de abusar sexualmente de sus estudiantes, tanto chicos como chicas.


ETAPA CRIMINAL

En 1978, a la edad de 42 años, Chikatilo perpetró su primer asesinato. La víctima fue una niña de nueve años a la que convenció de acompañarlo a una cabaña que tenía en las afueras de Rostov. Una vez allí, el despiadado hombre golpeó a la menor, la desvistió con violencia y, al ver que brotaba sangre de su cuerpo tras hacerle un rasguño, inmediatamente consiguió una erección para luego violarla hasta causarle la muerte aplicándole una puñalada en el estómago.

Días después de este macabro crimen, la policía interrogó a Chikatilo al encontrar manchas de sangre cerca de su cabaña. Sin embargo, quien terminó inculpado fue otro agresor sexual conocido como Aleksandr Kravchenko.

En septiembre de 1981, luego de convertirse en funcionario de abastecimiento de una fábrica, Chikatilo asesinó por segunda vez. La víctima fue Larisa Tkachenko, una meretriz de 17 años que se burló de él al ver que no pudo tener una erección en el momento en que iban a tener relaciones sexuales.

Enfurecido por la actitud de su acompañante, este la golpeó, estranguló y finalmente eyaculó sobre su cadáver. Totalmente fuera de sí, le cortó los senos y terminó comiéndose los pezones.

Su tercera víctima fue Lyuba Biryuk, quien fue raptada de un pueblo y acuchillada 40 veces en un bosque. Ese mismo año, Chikatilo volvió a matar a otras tres personas, incluida su primera víctima masculina, un niño de solo nueve años.

En 1984 asesinó a 15 personas más y los medios de comunicación informaban horrorizados por la forma cómo eran encontrados los cuerpos de las víctimas. La mayoría de ellas era acuchillada y desmembrada. Chikatilo tenía una fijación con los genitales y varias de sus presas fueron encontradas con sus partes íntimas destrozadas.

A Chikatilo también le gustaba practicar el canibalismo. Cuando fue detenido, en su declaración ante el juez contó que disfrutaba al comerse las partes blandas de sus víctimas.


ARRESTO Y JUICIO

Chikatilo fue arrestado el 20 de noviembre de 1990 en calidad de sospechoso por el asesinato de 36 personas. Su esperma, más no su sangre, sí era AB. En los interrogatorios, Chikatilo decía ser una persona normal que no había cometido ninguna clase de delito, mucho menos el de asesinato.

Días después, mientras era objeto de intensos interrogatorios, Chikatilo confesó ante un psiquiatra que efectivamente acabó con la vida de 52 personas.

“Me detuvieron el 20 de noviembre de 1990 y he permanecido bajo custodia desde entonces. Quiero exponer mis sentimientos con sinceridad. Me hallo en un estado de profunda depresión, y reconozco que tengo impulsos sexuales perturbados, por eso he cometido ciertos actos”.

“Tengo esposa y dos hijos y sufro de una debilidad sexual, la impotencia. La gente se reía de mí porque no podía recordar nada. No me daba cuenta de que me tocaba los genitales a menudo, y solo me lo dijeron más tarde. Ahora que soy mayor, el aspecto sexual no tiene tanta importancia para mí, mis problemas son todos mentales”, dijo Chikatilo en una declaración.

El objetivo que tenía era ser declarado inimputable al acusar que sufría de graves trastornos psiquiátricos.

A pesar de la imagen que quería proyectar, los psiquiatras designados para el caso no lo veían como un enfermo mental, sino como un sádico prudente que no sufría ningún trastorno que le impida darse cuenta de que sus actos eran malos y castigados por la ley.

En 1991 se dio a conocer la conclusión de que Chikatilo estaba “legalmente cuerdo”. Así, el juicio al asesino serial inició en abril de 1992 y concluyó en octubre de ese mismo año con una resolución inapelable: la pena de muerte.

El 14 de febrero de 1994 fue ejecutado de un disparo en la nuca en la prisión de Rostov del Don.