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Científicos españoles han descubierto un exoplaneta de tipo supertierra, de 2,1 veces el radio terrestre, que orbita en la zona de habitabilidad de una estrella enana roja y que podría tener agua líquida en su superficie, condición indispensable para que se desarrolle la vida tal y como la conocemos.
El hallazgo, realizado por investigadores de la Universidad de Oviedo (norte) y del Instituto de Astrofísica de Canarias (archipiélago español en el Atlántico), se ha hecho con datos del telescopio espacial Kepler de la NASA, diseñado para descubrir exoplanetas mediante el método de ‘tránsito’, que tiene lugar cuando un planeta pasa por delante de su estrella y absorbe parte de la luz del astro.
Además, en el estudio también se emplearon los instrumentos OSIRIS y HARPS-N instalados en el Gran Telescopio Canarias (GTC) y el Telescopio Nazionale Galileo (TNG), respectivamente, ubicados en el observatorio Roque de los Muchachos de La Palma (Canarias).
El hallazgo será publicado próximamente en la revista especializada Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, explicó a Efe el catedrático de la Universidad de Oviedo y coautor del trabajo, Javier de Cos.
El exoplaneta, bautizado como K2-286b, se encuentra fuera del Sistema Solar, y orbita en torno a una estrella enana roja, las más abundantes de la galaxia y algo más pequeñas que el Sol.
La estrella, situada en la constelación de Libra a 244 años luz, tiene un radio de 0.62 radios solares y una temperatura efectiva de 3650 ºC, detalla el estudio.
Por su parte, el planeta tiene 2.1 veces el radio terrestre, un período orbital de 27.36 días y una temperatura de equilibrio que podría rondar los 60ºC.
“Hemos comprobado que la actividad de la estrella es moderada comparada con otras estrellas de similares características lo que incrementaría las posibilidades de que el planeta fuera habitable”, sostiene Javier de Cos.
Y es que el planeta se encuentra en el límite interior de la zona de habitabilidad, de modo que, bajo las condiciones adecuadas, podría mantener agua líquida en su superficie, requisito indispensable para el desarrollo de vida tal y como la conocemos.
K2-286b es de especial interés no solo por estar situado en la zona de habitabilidad de su estrella, sino por encontrarse entre los más adecuados para caracterización atmosférica con el futuro Telescopio Espacial James Webb, así como para un seguimiento desde tierra que permita determinar su masa con precisión, explica un comunicado de la Universidad de Oviedo.
Fuente: EFE