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Ni siquiera hace falta licencia de porte de armas para hacerse con un rifle en Instagram#. Su venta, además, se puede mantener casi en anonimato. No solo sorprende la legalidad de la compraventa de armas en las redes sociales, sino también sus formas.
Por ejemplo, un comprador dice que se compraría un rifle si no fuera porque hoy ya se compró una pistola. Eso sí, si en unas semanas sigue disponible, apunta que se hará con ella. “No creo que dure tanto”, le responde el vendedor.
El mundo de las balas parece enroscado en el ADN de la sociedad norteamericana. Según la Interpol, hay más de 650 millones de armas en el mundo en manos de civiles; la mitad de ellas se puede encontrar en Estados Unidos.
“Hay una gran cultura de las armas y de la violencia. Es más fácil acceder a un arma que a un libro, no hay un cuestionamiento de fondo. El control de Internet se usa para otras cosas y no para cuestionar el uso de la violencia y de las armas”, opina el analista internacional Arturo Viloria.
Tras la tragedia de Newton de diciembre de 2012, en la que murieron asesinados 20 niños, Barack Obama quiso dar un golpe de mano e imponer el control de armas. A pesar de que las encuestas mostraban que la opinión pública lo respaldaba, el apoyo no le bastó en el Congreso.
En EEUU, el 40% de las armas se adquiere en ferias o transacciones privadas. Sus partidarios aseguran que prohibir esta actividad va contra sus raíces y sus derechos.
Otros, como el secretario general de la Interpol, la mayor organización policial del mundo, deja entrever que la tenencia de armas por los ciudadanos es un modo eficaz para contrarrestar ataques terroristas.
“La gente enseguida dice: ‘más control de armas, no se debe armar a la gente’, etc, etc. Pero creo que lo que deberían preguntarse es: ‘¿Dónde querríamos estar en caso de producirse un atentado como en Westgate, en Kenia? ¿En una ciudad con control de armas y sin ciudadanos armados o en lugares como Denver o Texas”, dijo Roland Noble, secretario general de Interpol.
Fuente: RT en español
