Coches nuevos de Volkswagen en aparcamiento en Alemania. (Foto: EFE)

Coches nuevos de Volkswagen en aparcamiento en Alemania. (Foto: EFE)

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La confesión de un ingeniero de Volkswagen dejó a la luz el uso de métodos ilegales para simular menores emisiones de dióxido de carbono, señala hoy el dominical germano “Bild am Sonntag”.

El ingeniero, que pertenece a la división de investigación y desarrollo admitió ante su jefe el fraude sistemático, dice el rotativo y precisa que otros empleados han confesado en el marco de las investigaciones internas puestas en marcha por el escándalo del trucaje de los motores diésel.

“En las pesquisas internas hubo empleados que reportaron irregularidades en los valores de consumo. Se está investigando cómo ocurrió esto”, dijo un portavoz de Volkswagen, que declinó efectuar más comentarios.

De acuerdo con la información, la falsificación de valores de consumo de carburante y de emisiones de dióxido de carbono en cientos de miles de coches de Volkswagen comenzó en 2013 y se extendió hasta la primavera (boreal) de 2015.

Los técnicos manipularon los valores, por ejemplo, a través de una mayor presión de las gomas, de más de 3,5 bar. Paralelamente mezclaron diésel en el aceite para que el automóvil consumiese menos combustible.

El gigante automotor alemán admitió el 3 de noviembre que hasta 800.000 de sus autos a diésel y gasolina emiten más dióxido de carbono (CO2) de lo que habían especificado para la venta.

Los ingenieros alegaron en los interrogatorios internos que les había sido imposible alcanzar por medios legales los ambiciosos objetivos fijados por el antiguo presidente ejecutivo del grupo, Martin Winterkorn.

El ingeniero Winterkorn, ahora reemplazado por Matthias Müller, anunció en 2012 que Volkswagen reduciría las emisiones de CO2 en 30 por ciento hasta 2015.

El mayor fabricante de automóviles de Europa y el segundo vendedor de coches del mundo quedó sumido en la peor crisis de su historia al denunciar en septiembre las autoridades ambientales de Estados Unidos que había trucado los motores diésel de sus coches para simular menores emisiones de gases contaminantes.

Once millones de automóviles de varias marcas del grupo Volkswagen deberán ser llamados a talleres. La empresa tendrá que afrontar además multas y demandas judiciales millonarias.

(Fuente: DPA)


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