Vladimir Putin y Dimitri Medvedev. (Foto: thePresidential Press and Information Office of Russia)

Vladimir Putin y Dimitri Medvedev. (Foto: thePresidential Press and Information Office of Russia)

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La crisis económica en Rusia tendrá un efecto inesperado entre los altos funcionarios de ese país. El presidente Vladimir Putin ha decidido no solo recortar sus vacaciones, si no la de sus ministros, informan los medios en Moscú.

Según se ha indicado, el jefe del Kremlin acortará sus vacaciones navideñas, en las que acostumbra a desplazarse a Sochi para esquiar.

Putin manifestó que en esta temporada de vacaciones por las fiestas de *Año Nuevo y Navidad, los ciudadanos tienen derecho a relajarse, pero no los altos funcionarios.

“El depresivo invierno es un periodo largo aquí y la gente puede usar ciertamente este tiempo de feriado. Sin embargo, el Gobierno y sus estructuras, no podemos permitirnos tomarnos largas vacaciones, al menos no este año. Ustedes saben lo que quiero decir”, declaró Putin a su gabinete.

“Tenemos que coordinar el trabajo de todos los ministerios y las agencias, y coordinar con la Oficina de la Presidencia Ejecutiva, el Banco Central, y mantener todo bajo control”, agregó el mandatario ruso.

Asimismo, el primer ministro, Dimitri Medvedev advirtió a su gabinete que espera que se le mantenga informado de la situación del país, pese a las vacaciones por Navidad, “desde el primer día del año”.

En ese sentido, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov manifestó que la “situación exige una atención y un control diario. “No podremos tomarnos muchos días libres”, indicó al resaltar que el propio Putin es incluido en la medida.

En Rusia, los trabajadores tienen vacaciones desde el 1 hasta el 12 de enero para celebrar el Año Nuevo y la Navidad ortodoxa el 7 de enero.

Sin embargo, Putin ha decidido que en medio de la grave situación económica que enfrenta el país, sus altos funcionarios deben seguir trabajando.

La economía rusa enfrenta los bajos precios del petróleo así como las sanciones de Occidente por su accionar en la crisis de Ucrania, mientras el rublo se devalúa y se espera que este año Moscú entre en recesión.