Según la OIM, la salida de Donald Trump del pacto deja una gran brecha (Foto: EFE)

Según la OIM, la salida de Donald Trump del pacto deja una gran brecha (Foto: EFE)

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La decisión de EE.UU. de abandonar el Pacto Mundial para una Migración Segura, Regular y Ordenada impulsado por la ONU deja una “gran brecha”, pero hay posibilidades de llegar a consensos, declaró el director general de la OIM, William Lacy Swing.

“Si (Estados Unidos) no toma parte, se abre una gran brecha porque es el país que acepta más refugiados al año, más que el resto de países juntos, así que tengamos esperanza” de que habrá una solución consensuada, dijo en entrevista con Efe el titular de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

Swing hizo estas declaraciones en el marco de una cumbre en Puerto Vallarta, en el oeste de México, que pretende avanzar en el logro de este Pacto Mundial que considera vital un mecanismo que promueva flujos migratorios ordenados.

Unas horas antes del inicio de este encuentro en México, Estados Unidos anunció su abandono del acuerdo – firmado por Barack Obama en 2016 -, con el argumento de que es “incoherente” con sus políticas migratorias e incompatible con su soberanía.

Swing, de origen estadounidense, confió en que, pese a que se ha retirado del tratado, se puede llegar a un acuerdo con la primera potencia mundial, “uno de los países con mayor flujo migratorio del mundo y miembro fundador de la OIM”, creada en 1951.

“Es importante mantener el diálogo con Estados Unidos y mantenerlos informados. No hay nada en el Pacto Mundial que represente algún tipo de amenaza para la soberanía”, señaló Swing, que consideró que esta decisión del Gobierno de Donald Trump es “consistente” con su visión de los acuerdos multilaterales.

Según la ONU, actualmente hay 20 millones de refugiados en países distintos al suyo, y otros 40 millones de personas se han desplazado internamente huyendo de la violencia.

Además, 244 millones de personas se han visto obligadas a cruzar las fronteras de su nación en busca de oportunidades económicas.

Por todo ello, el Pacto Mundial (Global Compact for Migration, en inglés) será decisivo para cambiar de rumbo a finales del 2018, cuando debería ser aprobado, al fenómeno migratorio más potente desde la Segunda Guerra Mundial, agregó.

“Necesitamos un mayor compromiso en migración de los líderes mundiales. Ahora mismo estos temas se han tratado con bastante indiferencia”, lamentó.

Sobre Siria, afirmó que la situación actual es “poco clara”, pues hay quienes regresan a su hogar y hay muchos desplazados internos. Con todo, reconoció que el fenómeno ha servido para subrayar la falta de acción de los países de la Unión Europea.

“Europa no padece una crisis migratoria, sino una crisis de liderazgo”, agregó Swing, partidario de la recolocación de refugiados de un país a otro.

Acerca de la crisis de los rohinyá en Birmania y Bangladesh, Swing consideró que la reciente visita del papa Francisco fue “útil”, pero opinó que el conflicto, que ha desplazado a unas 800.000 personas – según sus cifras -, tardará en resolverse.

“Deberían volver a sus casas cuando tengan condiciones de seguridad y dignidad”, remarcó el experto.

Finalmente, apuntó que no se deben pasar por alto los migrantes económicos, aquellos que escapan de su país en busca de mejores oportunidades de vida.

Para hacer frente a este fenómeno, que es el que todavía expulsa más gente lejos de sus hogares, habría que solucionar el desempleo juvenil en los países de origen, además de combatir los conflictos y el cambio climático.

“Tenemos que encontrar mejores posibilidades para la gente joven”, resaltó.

Frente al racismo creciente en algunas naciones ante la migración, Swing recordó que esta es, en su conjunto, “abrumadoramente positiva”.

Hay cifras que demuestran que el 3 % de la población mundial es migrante internacional, y que estas personas producen el 9 % del PIB, esgrimió.

Por todo ello hay que eliminar estereotipos, continuó, especialmente uno muy actual y muy peligroso, que relaciona la migración con el terrorismo.

La OIM, explicó, ha ayudado a obtener asilo a 3,2 millones de refugiados desde 1980. “No hay ningún registro de que alguno de ellos haya jamás cometido una acto de terrorismo”, concluyó.

(Fuente: EFE / Martí Quintana)