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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, recibió el miércoles en la Casa Blanca al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en el que significó el primer encuentro de ambos líderes desde que el magnate republicano asumió el poder el pasado 20 de enero.

Tanto Donald Trump como Benjamin Netanyahu estuvieron acompañados de sus esposas, Melania Trump y Sara Netanyahu, respectivamente. La cita entre ambas personalidades se desarrolló en medio de un clima distendido donde no faltaron los elogios mutuos, las risas ni las muestras de afecto y respeto.

Luego de la cita en privado realizada en uno de los ambientes de la Casa Blanca, Donald Trump y Benjamin Netanyahu ofrecieron una rueda de prensa en la que se pronunciaron sobre importantes temas de coyuntura internacional, como la lucha contra el terrorismo yihadista del Estado Islámico (ISIS por sus siglas en inglés) y el conflicto entre Israel y Palestina.

Al respecto, Donald Trump señaló que aceptará “una solución de uno o dos Estados”, la que prefieran los israelíes y palestinos. “Puedo vivir con cualquiera de las dos”, mencionó el mandatario, quien también se comprometió a trabajar hacia un acuerdo de paz entre israelíes y palestinos.

“Son las propias partes las que deben negociar directamente ese acuerdo. Estaremos a su lado. Trabajaremos con ellos. Como en cualquier negociación exitosa, las dos partes deberán hacer concesiones”, declaró el gobernante estadounidense.

GUERRA AL TERRORISMO INTERNACIONAL

A su turno, Benjamin Netanyahu opinó que el liderazgo de Donald Trump permitirá que “retroceda la oleada del Islam radical” en Medio Oriente, algo que, a su juicio, “abrirá avenidas para la paz” en la región.

“Bajo su liderazgo, creo que podemos hacer que retroceda la creciente oleada del Islam radical, y en esta gran tarea, como en muchas otras, Israel está de su lado y yo también”, afirmó.

“Señor presidente, al dar marcha atrás al islamismo militante, podemos aprovechar una oportunidad histórica porque, por primera vez en mi vida y en la vida de mi país, los países árabes en la región no ven a Israel como un enemigo, sino cada vez más como un aliado”, añadió.