Rodrigo Duterte: el rostro amable del castigador de Filipinas en China

El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte mostró hoy su lado más dócil en Pekín, al comprometerse a no tocar la disputa por territorios en el mar de China Meridional, a la vez que reiteró sus ataques a Estados Unidos y la Unión Europea.

“¿Por qué no debería venir a China? China es buena. China no ha invadido un trozo de mi país. Todo lo que quiero son negocios”, manifestó en el gigante asiático el jefe del Estado, quien en su campaña a la presidencia manejó un discurso nacionalista.

Rodrigo Duterte enfatizó que la intención primordial de su viaje es reforzar los lazos económicos con China, el segundo socio comercial de Filipinas, descuidados tras años de tensiones. La visita durará cuatro días e incluye una cita con su homólogo, Xi Jinping,

“Después de todo, no he venido a lograr un acuerdo sobre el mar de China Meridional. Por respeto a la cortesía oriental y la buena voluntad. Habrá un momento, pero no es este”, añadió. El mandatario descartó un afán de negociar respaldado por la sentencia a favor de Filipinas que la Corte de Arbitraje Permanente de La Haya emitió en julio sobre el contencioso territorial.

El predecesor de Rodrigo Duterte, Benigno Aquino, inició la demanda territorial en 2013, después de que China se instalara en el atolón Scarborough, zona tradicional de pescadores de Filipinas, y en medio de disputas bilaterales por la soberanía del archipiélago Spratly, que Malasia, Vietnam, Brunei y Taiwán también reclaman total o parcialmente.

“Las instrucciones que Duterte nos dio fueron que nos dedicásemos a conseguir transferencias tecnológicas y, sobre todo, fondos”, dijo a Efe Ricardo Pensón, presidente de la firma filipina Ausphil Tollways Corporation, parte de la nutrida delegación empresarial que acompaña al presidente. El exalcalde de Davado admitió que pedirá ayuda económica a China, como préstamos “blandos” a “pagar con un calendario generoso”.

MENSAJE A OCCIDENTE

“Idiotas, ¿por qué quieren procesarme? Estados Unidos importó el terrorismo a su territorio. (En Europa) Devuelven los barcos y (los refugiados) mueren en el mar”, cuestionó su principal socio comercial y la Unión Europea. Primero se dirigió a la fiscal de la Corte Penal Internacional, Fatou Bensouda, quien expresó su preocupación por las ejecuciones extrajudiciales en plena guerra contra las drogas en Filipinas.