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El presidente de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, John Boehner, informó al mandatario Barack Obama que este órgano del Legislativo no votará por la exigida reforma migratoria este año.
El anuncio ocurre horas después de que el jefe del Estado solicitara al Congreso, mediante una misiva, poderes especiales para mandar de regreso a los miles de niños indocumentados que desde el año pasado han cruzado la frontera de los EEUU por su cuenta.
La situación, calificada de “crisis humanitaria” por el mandatario, involucra primariamente a los países centroamericanos desde donde llegan la mayoría de los menores, que intentan escapara de la violencia y la pobreza. Según datos difundidos, la patrulla fronteriza ha detenido a más de 52 mil niños desde octubre de 2013.
En la carta de tres páginas, el mandatario también pide mayores castigos para quienes lucran traficando con los migrantes más vulnerables.
Su estrategia no solo tendría que ver con la rápida repatriación de los menores, sino con una estrategia de “disuasión agresiva” contra la migración indocumentada.
La última decisión del presidente Obama sobre cómo tratar la migración causó exasperación entre los activistas que apoyan a los migrantes, ya irritados por la falta de acciones ejecutivas por parte del presidente para reducir los niveles récord de deportaciones a personas indocumentadas sin antecedentes criminales.
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