(Foto: Flickr / Catholic Church England and Wales)

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El papa Francisco reflexionó que las agudas tensiones en las ciudades europeas a causa de los inmigrantes podrían empeorar si las autoridades, ciudadanos y recién llegados no se sientan y hablan de sus prejuicios.

Ante una multitud de fieles congregados en la plaza de San Pedro, el sumo pontífice decidió hablar de este tema a propósito de la reciente violencia en contra los refugiados de un barrio obrero en Roma, la misma que recién fue atendida después de varios días por la policía antidisturbios.

Los vecinos del lugar aseguran que no son racistas y que solo están hartos de la negligencia de las autoridades en los barrios de la periferia.

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En esa línea, Francisco sugirió a las iglesias locales que celebren reuniones para que todas las partes puedan escucharse y hacer planes juntos. De esta forma, podrían “superar toda sospecha y prejuicios, y construir una convivencia más segura, pacífica e incluyente”.

“Lo importante es no rendirse a la tentación de los enfrentamientos”, sentenció.