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Por: EFE/Miquel Muñoz Sánchez
El despertar mundial con la conciencia climática parece haber llegado por fin a México, que vivirá en 2020 un año clave en la materia después de haber pasado de puntillas por la crisis ambiental en este 2019.
“La política ambiental en un primer período de este Gobierno fue desordenada”, dijo en entrevista con Efe la investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Patricia Escalante, quien celebró el nombramiento el pasado mes de mayo de Víctor Manuel Toledo como nuevo secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, tras la renuncia de su antecesora.
El ministro Toledo, según Escalante, “tiene una amplia visión y profundo conocimiento del tema” pero, lamenta la científica, pese a ello se están abordando con gran lentitud los principales asuntos ambientales.
EL PROYECTO SEMBRANDO VIDA
El principal plan del ejecutivo liderado por Andrés Manuel López Obrador para combatir la problemática ambiental ha sido hasta el momento el programa Sembrando Vida, un proyecto enfocado a dotar de herramientas a los agricultores para faenar en armonía con los ecosistemas y sembrar árboles frutales y maderables.
Sin embargo, argumenta Escalante, “la problemática ambiental es mucho mayor que la abordada en el programa, dado el impacto que genera una población de más de 120 millones de personas y los usos abusivos sobre la naturaleza, que ya están pasando facturas muy graves”.
La directora del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), Amparo Martínez, reconoció en una entrevista con Efe las carencias de este “programa simbólico del Gobierno”, pero explicó los avances previstos para paliarlas.
“Ya se han establecido las alianzas necesarias entre las instituciones para que se transforme en un proyecto integral. Poniendo la mirada ambiental, se puede transformar un programa que sonaba un tanto aislado en uno que conjunte voluntades y posibilidades para hacer cambios de fondo”, argumentó.
El siguiente paso que debe dar el Gobierno, más allá de “Sembrando Vida”, es la presentación de un plan especial contra la crisis climática que aplique durante todo el sexenio de López Obrador, un proyecto en el que el ejecutivo lleva trabajando apenas un mes, admitió Martínez.
UN PLAN ESPECÍFICO PARA EL SEXENIO
Ese documento se presentará en enero y deberá detallar todos “los programas transversales que va a llevar a cabo cada secretaría para responder al cambio climático” hasta 2024.
Al respecto de ese plan, el científico de la UNAM especializado en la crisis climática Clemente Rueda Abad se mostró muy crítico a inicios de diciembre durante una conferencia para valorar el papel de México en la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático, COP25, celebrada en Madrid.
“Estamos esperando ese plan. Pero no es solo que tengas un plan, sino que requiere recursos. Recursos financieros y humanos. Y lo que ha estado sucediendo en el sector ambiental es que el Gobierno actual lo está casi desmantelando”, alertó Rueda.
El investigador criticó la negativa de López Obrador de declarar oficialmente una emergencia climática, como ya hizo la Unión Europea.
La directora del INECC defendió, en ese sentido, la postura del Ejecutivo e instó a “enfrentar la crisis ambiental más allá de declaraciones oficiales”.
EL RETO DE LAS EMISIONES
La reducción en la emisión de gases contaminantes es otro de los grandes retos que afronta México para controlar la crisis ambiental, un hecho que de entrada parece incompatible con la apuesta gubernamental de incrementar la producción de petróleo y gas.
Por eso, advirtió en una entrevista con Efe el coordinador científico en el Environmental Defense Fund, Daniel Zavala, México debe “aprender la lección de otros países” y aprovechar la oportunidad para extremar sus controles antes de que se expanda el sistema petrolero y gasístico, algo que parece está haciendo.
“Hay señales muy claras de pasos críticos que nos permiten plantear que la reducción de emisiones en México se está tomando de manera seria. Si se le da seguimiento a estos programas que ya existen, se estaría aprovechando esta oportunidad”, explicó.
LA FALTA DE CONCIENCIA SOCIAL
En este sentido, Amparo Martínez aseguró que el INECC y el Gobierno no eluden su responsabilidad y están tratando de potenciar también las energías renovables.
“Tenemos potencial en energía eléctrica, eólica y en la geotérmica, que tampoco se le ha dado el suficiente peso. Creo que esto es un trabajo de la sociedad y los sectores de empujar a este tipo de energías”, reconoció la directora.
En cualquier caso, todos los expertos consultados convinieron en apuntar la conciencia de la población como un factor diferencial en la lucha contra la crisis climática.
“Desafortunadamente la mayoría de la población no puede preocuparse por el futuro. Vive al día y está más preocupada por cómo va a sobrevivir en el mes. Sin embargo, este debe considerarse como un problema de seguridad nacional”, resumió la científica Patricia Escalante. EFE
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