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En la víspera de Navidad, las calles del emporio comercial Gamarra están intransitables no solo por la gran cantidad de personas que llega para hacer las comprar de última hora, sino por los ambulantes que se han apoderado de sus calles.
Un equipo de Canal N llegó a Gamarra y constató que a pesar de las directivas del ministro del Interior, Daniel Urresti, sobre el desalojo de los ambulantes, estos continúan haciendo su agosto y convirtiendo este lugar en una bomba de tiempo.
“Es peligroso, pero nosotros lo hacemos porque necesitamos”, dijo uno de estos comerciantes informales.
Los jirones del emporio comercial están llenos de prendas de vestir, juguetes, puestos de comida, entre otros. Todos estos ambulantes son conscientes del latente peligro que imponen en la zona, pero aún así intentan justificarse.
“Nos exponemos, pero qué hacemos, tenemos que trabajar y vivir de algo”, dijo una comerciantes, mientras que otra señaló que “más peligroso me parece no trabajar y ponerme a robar en la calle”.
ENLACE: Navidad: Mesa Redonda y Mercado Central son bombas de tiempo
Si bien los ambulantes son los grandes responsables del desorden, los compradores también pecan de irresponsables cuando llegan a lugares como Gamarra con sus hijos pequeños.
“¿Qué podemos hacer? ¿Dónde los podemos dejar? Tenemos que venir con nuestros hijos, dónde los vamos a dejar”, manifestó una mujer consultada por Canal N.
Se calcula que medio millón de visitantes llegan todos los días a Gamarra y la policía y el serenazgo no se dan abasto. Solo queda que cada uno tome sus propias precauciones.