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El fiscal Alberto Nisman, quien tenía a su cargo la investigación contra el atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), fue encontrado muerto en su vivienda, un día antes de la declaración que debía dar en el Congreso por la denuncia de un pacto del Gobierno de Cristina Fernández para dejar libres a los iraníes acusados del atentado.
Trascendió – de acuerdo a El Clarín – que Nisman fue hallado aparentemente en su baño. Además, tenía un disparo en la cabeza de un revólver de pequeño calibre.
Asimismo, se indicó que sobre su escritorio estaba la documentación que iba a presentar ante el congreso argentino. Una de las primeras hipótesis alrededor de su muerte es la de un “supuesto suicidio”.
El fiscal tenía asignados a 10 policías para su protección, quienes manifestaron que dejaron a Nisman en su departamento en Puerto Madero el viernes y no salió el sábado en todo el día. El fiscal les había pedido que lo buscaran el domingo.
Al no obtener respuesta, llamaron a su madre, quien fue quien finalmente ingresó al aeropuerto y halló el cuerpo del fiscal.
La repentina muerte de Nisman se da horas antes de su esperada presentación ante la Comisión de Legislación Penal de la Cámara de Diputados por su denuncia contra Fernández de Kirchner y otros miembros de su gobierno para proteger a los iraníes detrás del atentado contra AMIA, en donde fallecieron 85 personas
Nisman, de 51 años, participó entre 2001 y 2003 en el primer juicio por el atentado contra la AMIA. El fallecido presidente Néstor Kirchner lo designó para investigar de forma exclusiva este caso. En 2008 solicitó la detención del exmandatario Carlos Menem por presuntamente alterar y obstruir la referida investigación.
El fallecido fiscal comenzó a alejarse del Gobierno tras el Memorándum de Entendimiento entre Argentina e Irán para el esclarecimiento del atentado, que fue planeado sin que él tuviera conocimiento. Dos años después denunció a Fernández de Kirchner y al canciller, Héctor Timerman, por presuntamente “fabricar” la inocencia de los terroristas detrás del atentado.
Poco antes, ante la prensa, Nisman se mostró visiblemente nervioso y había advertido a su hija que en los próximos días iba a escuchar “cosas tremendas” sobre su persona, informa EFE.