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Con los caucus (asambleas populares) de Iowa del próximo lunes se inicia en EEUU un complicado proceso de primarias en el que los aspirantes republicanos y demócratas a la Casa Blanca deben conseguir los delegados necesarios para asegurarse la nominación de su partido para las elecciones de noviembre.

A partir del 1 de febrero y hasta mediados de junio, un total de 35 jurisdicciones (estados y territorios) celebrarán primarias propiamente dichas, otras 13 realizarán caucus y ocho más usarán procedimientos mixtos.

En todas esas votaciones, los candidatos presidenciales persiguen llevarse el máximo número posible de los delegados que luego acuden a las convenciones de los partidos, que este año se celebrarán en julio, primero la republicana en Cleveland (Ohio) y después la demócrata en Filadelfia (Pensilvania).

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Según los datos facilitados por el Comité Nacional Demócrata (DNC), se espera que haya un total de 4.764 delegados en la convención de este año, con lo que los tres aspirantes a la nominación, Hillary Clinton, Bernie Sanders y Martin O’Malley, deben ganar al menos 2.383 (el 50 % más uno) para asegurarse la victoria.

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Por el lado de los conservadores, donde hay 12 precandidatos con Donald Trump a la cabeza de las encuestas, ganará la nominación el que obtenga al menos 1.237 delegados, también el 50 % más uno de los 2.472 que votarán en la convención, de acuerdo con el Comité Nacional Republicano (RNC).

Los republicanos asignan a sus delegados de varias formas: en unos estados el candidato más votado logra el 100 % de los que estaban en juego, en otros se hace una distribución proporcional al número de votos logrado por cada aspirante y hay una tercera fórmula que combina las dos anteriores.

EFE


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