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Los investigadores forenses enviados por Holanda y Australia al este de Ucrania siguen en Donetsk. Es el tercer día de espera (29.07.14) en el intento fallido por avanzar hasta el lugar de la caída del avión de pasajeros malasio. Los holandeses habían enviado a miembros de la policía militar para proteger a los expertos. Sin embargo, aquellos tampoco han podido realizar su trabajo.
Las tropas del gobierno ucraniano y los separatistas habían asegurado un alto al fuego. Pero incluso antes de que los investigadores llegaran a Ucrania, se desencadenaron nuevas operaciones militares.
Bajo estas circunstancias resulta demasiado riesgoso aprobar una misión de la policía militar, opina el portavoz para asuntos de seguridad del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), Rainer Arnold: “No es adecuado enviar a miembros de la fuerzas especiales holandesas a esa zona, los cuales solo llevarían armas para su propia protección. En la zona se llevan a cabo combates con armamento pesado”.
¿Es posible una misión de los cascos azules?
Las dificultades para esclarecer el accidente aéreo demuestran en qué medida los observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), así como los equipos de investigadores, dependen de los separatistas o los militares ucranianos. La comunidad internacional es impotente y se ha convertido en objeto de juego de los contendientes.
Rebecca Harms, política del Partido Verde alemán, solicitó el envío de tropas de cascos azules de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) al este de Ucrania, a fin de dirimir el conflicto entre el ejército ucraniano y los rebeldes pro-rusos, y vigilar la frontera ente ambos países.
Según Toem Koenigs, antiguo relator especial de la ONU, el envío de tropas de paz ha fracasado hasta ahora por la falta de compromiso de las partes involucradas en el conflicto. Sin la aprobación de Rusia en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, una misión de los cascos azules no será posible.
“Por supuesto que sería deseable que la frontera, que es atravesada de un lado a otro por milicias, fuera vigilada más adecuadamente. Pero eso solo será posible si Rusia coopera activamente”, comenta Koenigs.
Por el momento, una solución del conflicto en el Consejo de Seguridad es improbable. Rusia y los Estados Unidos tienen el derecho de veto y actualmente las potencias están enfrentadas de forma irreconciliable.
“Por desgracia, no veo la posibilidad de una mejora en las relaciones entre EEUU y Rusia”, sostuvo el experto en derecho internacional Hans-Joachim Heintze, en entrevista con DW.
“El ministro de Asuntos Exteriores estadounidense ha criticado a su homólogo ruso. Y Rusia está disgustada por las crecientes sanciones de los países occidentales”, dijo.
Falta de apoyo popular
Los cascos azules de la ONU no son tropas de combate, sino que tendrían como misión -–por invitación de las partes en conflicto-– evitar nuevos combates y ayudar a la población civil en las zonas afectadas a regresar a una vida normal. Los soldados, instruidos de manera especial, cargan armas, pero únicamente para su protección personal.
Las misiones de paz del ejército alemán suelen ser tema de controversia en Alemania. “Pero, sin embargo, los alemanes desean que haya paz en la región, pues saben cuán cerca está Ucrania y en qué medida sus problemas podrían afectar a Alemania”, sostiene Rainer Arnold.
El ejemplo de Kosovo
Estas dudas también eran comunes durante las misiones en los Balcanes. Por ejemplo en Kosovo, país que desde hace veinte años intenta construir un Estado democrático. “Ese es un proceso costoso, arduo y dispendioso. Pero el compromiso civil permanente es la única manera de mejorar la vida allí”, explica Hans-Joachim Heintze.
“Necesitamos mecanismos políticos para resolver conflictos. Incluso cuando se crea un nuevo Estado, éste debe vivir junto a los mismos vecinos que estaban allí antes”, agrega.
También Arnold considera que una intervención militar no puede reemplazar la solución política: “Los ucranianos no podrán imponerse militarmente. Deben velar por el bienestar de su propia población civil”.
Heintze tampoco cree en la violencia militar: “Las misiones salvan vidas humanas. Pero cuando este objetivo es alcanzado, hay que asegurarse de que la vida sea mejor de lo que era antes”. Para ello, es necesario resolver el conflicto que inicialmente impulsó a la gente a salir a las calles.
(Fuente: Deutsche Welle )