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Miles de brasileños salieron a protestar el martes a las calles de al menos 13 ciudades de los 27 estados del país luego de que el Senado aprobara la polémica medida que restringe el gasto público, promovida por el Gobierno del presidente Michel Temer.

En Brasilia, unos 1.500 manifestantes se enfrentaron violentamente con la policía, a la que agredieron con piedras, palos y golpes. La tensión fue aún mayor cuando los revoltosos quemaron vehículos e intentaron atacar los edificios gubernamentales ubicados en la capital del país.

Las manifestaciones se produjeron después de que la Cámara alta aprobara en segunda y última votación, por 53 votos a favor y 16 en contra, la medida que limita el aumento del gasto público en las próximas dos décadas y lo supedita a la inflación del año anterior.

El principal reclamo de la ciudadanía se basa en que la medida del Gobierno, adoptada para intentar equilibrar la economía del país, supone un recorte en los presupuestos de áreas sensibles como educación, salud, seguridad o atención a los sectores menos favorecidos.

En Sao Paulo, la mayor ciudad del país, también se realizaron manifestaciones desde la mañana, aunque la más multitudinaria ocurrió en horas de la tarde cuando miles de personas se desplazaron por la Avenida Paulista, en el corazón financiero de la ciudad.