(Foto: @dilmabr)

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Este jueves se llevó a cabo el último debate de candidatos de cara a las elecciones presidenciales en Brasil que se desarrollarán el domingo 5 de octubre.

La presidenta y candidata a la reelección, Dilma Rousseff, sostuvo fuertes intercambios de palabras con sus principales rivales, la ambientalista Marina Silva y el socialdemócrata Aecio Neves.

Fue este último el que lanzó más dardos contra la gobernabte y su agrupación política, el Partido de los Trabajadores (PT). Según el candidato, el partido de gobierno es el responsable del escándalo de corrupción descubierto en la petrolera Petrobras, cuyo exdirector Paulo Roberto Costa fue detenido en marzo pasado.

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“Ustedes entregaron nuestra mayor empresa a una pandilla, cuyo director está preso. Éste es el lado perverso de usar la estructura pública para emplear a aliados. En mi gobierno, la Petrobras será devuelta a los brasileños”, aseveró Neves.

Por su parte, Silva, del Partido Socialista Brasileño (PSB), acusó a Rousseff de “esconder la corrupción” y de mentirle al país al afirmar que no conocía lo que ocurría al interior de Petrobras.

“No es posible que la presidenta diga que una persona desvió recursos públicos durante 12 años sin que nadie lo supiera”, afirmó.

La mandataria reaccionó revelando que cesó a un funcionario nombrado por Silva cuando era ministra de Medio Ambiente por desviación de recursos públicos, y que pese a ello no la acusó de ser responsable de las irregularidades.

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Rousseff agregó que el combate a la corrupción es una prioridad de su gobierno, y anunció que dictará nuevas leyes para endurecer las penas a los responsables de desviación de dinero público.

“Nadie está inmune a la corrupción, corruptos hay en todas partes, pero las instituciones deben ser capaces de asegurar que todos los delitos sean investigados y castigados”, manifestó la mandataria.

Más de 142 millones de brasileños acudirán a las urnas este domingo para elegir al nuevo presidente, a los congresistas y a los nuevos gobernadores.