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Partidos y organizaciones de la izquierda argentina marcharon hoy en Buenos Aires a 15 años del estallido de la grave crisis de 2001 en una manifestación en la que reclamaron por una mejora de la situación política actual y de las condiciones laborales del país.

A golpe de tambor, los asistentes pidieron a voz en grito la “abolición inmediata del impuesto al salario”, el fin de los “despidos y suspensiones”, el aumento de emergencia a los jubilados, la “anulación del tarifazo” en servicios públicos y dejar de pagar la deuda externa.

“Cada vez hay mas trabajadores en negro”, denunció a Efe la dirigente de Izquierda Socialista e integrante del cuerpo de delegados del ferrocarril Sarmiento, Mónica Schlotthauer.

Schlotthauer, quien participó en la marcha también como oradora, resumió que los presentes estaban en contra de “todas las medidas económicas anunciadas” por el gobierno del presidente Mauricio Macri.

El diputado de Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda Juan Carlos Giordano, presente durante la rebelión popular que tuvo lugar hace 15 años en Argentina, explicó a Efe que, aunque tienen “un Gobierno distinto”, la necesidad de pedir cambios políticos y económicos sigue vigente.

“Los trabajadores seguimos sufriendo los mismos planos de ajuste y de entrega de hace quince años”, aseguró.

El mes de diciembre de 2001 pasó a la historia tras las protestas de cientos de miles de argentinos contra la política económica del gobierno de Fernando De la Rúa y que acabaron con la muerte de 39 personas en todo el país.

La crisis económica, que detonó con la creación del denominado “corralito” bancario, provocó también saqueos a supermercados y, ante las distintas movilizaciones populares, el entonces presidente decretó el 19 de diciembre el estado de sitio.

La decisión no frenó las protestas que se sucedían al grito de “que se vayan todos” y el 20 de diciembre la Policía reprimió a los manifestantes que quedaban en la Plaza de Mayo y las zonas aledañas, donde murieron cinco personas y 117 resultaron heridas.

Por la noche, De la Rúa renunció y abandonó en helicóptero la Casa Rosada, sede del Ejecutivo argentino, aunque su dimisión no acabó con la crisis política y llevó a una situación de acefalia presidencial.

Tras la renuncia de De la Rúa, cinco presidentes se sucedieron en pocos días hasta que el 2 de enero de 2002 el Parlamento designó jefe del Estado al senador peronista Eduardo Duhalde (2002-2003).

EFE