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Unas 2.000 millones de personas usan agua contaminada con heces, indica un informe de la Organización Mundial de Salud (OMS) sobre las condiciones sanitarias en todo el mundo.
La práctica de beber o emplear el líquido en mal estado para cocinar es una amenaza para la salud global. Según el documento, genera pérdidas económicas anuales de US$260.000 millones.
“El agua, el saneamiento y la higiene son requisitos previos fundamentales que deben existir no solo para el desarrollo, sino también para detener los brotes de enfermedades como el ébola o el cólera”, manifestó el coordinador de Agua y Saneamiento de la OMS, Burce Gordon.
ENLACE: Cerca de 1.000 millones de personas en el mundo carecen de baños
Un motivo de las alteraciones en el agua es que una de cada siete personas, en total cerca de 1.000 millones, la mayoría pobres y de áreas rurales de Asia y África subsahariana, defeca al aire libre, con lo que infectan el líquido y crean caldos de cultivo para enfermedades.
El fundador de la Organización Mundial del Retrete, Jack Sim, explicó que en algunas sociedades evacuar excrementos fuera de casa es una norma cultural. “La gente disfruta este evento social, pero debe comprender que el agua contaminada acaba regresando con enfermedades que matan a los niños y enferman a las personas”, refirió.
Más de 2.000 millones de habitantes han logrado acceso al agua limpia en las dos últimas décadas y casi 2.000 millones mejoraron su saneamiento en el mismo periodo, pero el objetivo de reducir a la mitad la proporción de la población sin acceso a los retretes en 2015 está lejos de cumplirse.