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Según el último reporte del Ministerio de Salud (2018), en el Perú, hay una tendencia a un incremento de la mortalidad por el accidente cerebrovascular (ACV) . A través de los años esta patología se ha convertido en la segunda causa de muerte. En nuestro país 100 de cada 100,000 habitantes lo padecen y la mortalidad hospitalaria a causa de esta enfermedad es aproximadamente del 10% y en estudios de seguimiento al año se ha encontrado una mortalidad del 20%1 pero, ¿qué es y por qué es tan peligroso?
El Accidente cerebrovascular (ACV) es una enfermedad vascular que afecta a las arterias del cerebro. Un ACV sucede cuando el flujo de sangre se interrumpe por el bloqueo de un cóagulo o trombo. Como consecuencia de este bloqueo, parte del cerebro no recibe flujo y se priva de oxígeno. Por lo tanto, las células cerebrales afectadas no pueden funcionar y mueren en minutos.
Existen dos tipos de accidentes cerebrovascular: El isquémico (80%), debido al cierre y estrechamiento de un vaso sanguíneo y el hemorrágico (20%) ocasionada por la ruptura de un vaso sanguíneo.
¿Cuáles son los síntomas y qué debemos hacer?
Existen síntomas muy claros para reconocer si alguien está padeciendo un ACV, entre los cuales se presentan la pérdida de sensibilidad en la cara, alteración para hablar (lenguaje traposo o imposibilidad de hablar), falta de fuerza en un lado del cuerpo (brazos o piernas). Dificultad para ver por uno o ambos ojos, mareo, inicio súbito de dolor de cabeza sin causa aparente y la pérdida del equilibrio para caminar.
Frente a estos signos, si se sospecha que la persona con la que te encuentras está padeciendo un accidente cerebrovascular, es importante que se actúe rápidamente. Para ello, debemos solicitar al paciente que siga las siguientes órdenes: sonreír y fijarnos si un lado de la cara se cae, pedir que levante ambos brazos con la finalidad de observar si uno de estos se baja o si no puedo llegar a hacerlo y repetir una frase, de esta manera detectaremos si pronuncia de manera extraña.
“De presentarse estas señales, no esperar que los síntomas desaparezcan. Las primeras 4 horas y media son vitales para que las personas que han sufrido un accidente cerebrovascular se dirijan a la emergencia de un hospital o clínica y puedan ser tratados con un procedimiento llamado trombolisis, el cual tiene como función disolver los coágulos sanguíneos y aumentan las posibilidades de un buen resultado clínico en el ACV isquémico, con mejoría clínica en un 30%, evaluado a los 3 meses mediante la escala de Rankin modificada, que es una escala que valora la discapacidad y muerte del paciente. Recordemos que mientras más tiempo pasa sin que el cerebro reciba un flujo normal de sangre, mayor es el daño que causa el accidente.” precisó el Dr. Manuel Moquillaza, Neurólogo especialista en enfermedad cerebrovascular.
¿Cuáles son los factores de riesgo?
1. Presencia de enfermedades complejas
El ACV puede ocurrir a cualquier edad, y sin importar el sexo, mientras más pasa el tiempo el riesgo aumenta. La presión arterial alta es la causa principal del ACV y a su vez el factor de riesgo controlable más significativo. Asimismo, la diabetes mellitus 1 y 2, también se considera como una causa independiente. Muchas de las personas que la padecen tienen hipertensión, colesterol alto y sobrepeso.
Los pacientes que padecen enfermedades coronaria o insuficiencia cardíaca tienen un mayor riesgo de ACV. La miocardiopatía dilatada (un corazón agrandado), la valvulopatía (enfermedades propias de las válvulas del corazón), ciertos defectos cardíacos congénitos (adquirido desde el nacimiento), incrementa el riesgo de padecer un ACV, y en el caso de la fibrilación auricular, que se caracteriza por el latido incorrecto del corazón, aumenta hasta 5 veces la probabilidad.
En cuanto a las enfermedades arteriales, también estas también podrían generar el desenlace de un ACV. El estrechamiento de una arteria carótida (encargada de suministrar sangre al cerebro), por depósitos de grasa puede bloquearse por un coágulo sanguíneo originando así un ACV. Lo mismo ocurre en la patología arterial periférica, que consiste en la obstrucción de los vasos sanguíneos, que llevan sangre a los músculos de las piernas y los brazos, a causa de la acumulación de grasa en la placa de las paredes arteriales.
2. Estilo de vida
Adicional a lo anteriormente mencionado, el estilo de vida también influye considerablemente para estar más expuesto a sufrir un ACV, sea el caso de los altos índices de tabaquismo y consumo de alcohol, inactividad física y obesidad.
Finalmente, el especialista recomienda dejar de fumar y limitar el consumo de alcohol y hacer ejercicio (mínimo 30 minutos al día). Asimismo, alimentarse de manera saludable, para ello se recomienda evitar las dietas altas en grasas saturadas, grasas trans (elaborados industrialmente con aceites vegetales y se encuentran en aperitivos y snacks salados) y medir el consumo de sodio. Cabe indicar que las dietas altas en calorías pueden llevar a la obesidad.
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