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Las personas con diabetes tipo 1 son más propensas a tener una muerte temprana y sufren complicaciones graves a largo plazo que el resto de la población.
Un nuevo estudio analizó si el mantenimiento de un control más estricto de los niveles de azúcar en la sangre con el tiempo puede ayudar a reducir estos riesgos.
Ralph Dineen fue diagnosticado con diabetes tipo 1 hace más de 30 años. Lleva una bomba de insulina y chequea la azúcar en su sangre cinco veces al día.
“Cuando me convertí en diabético fue un momento muy confuso en mi vida. Yo tenía unos 30 años y de la nada fui diagnosticado”, dijo Dineen.
Dineen participó en un estudio que duró siete años, a mediados de 1980. La mitad de los participantes, incluyendo Dineen, recibieron instrucciones sobre la forma de mantener un estricto control de su azúcar en la sangre. La otra mitad controlaba su azúcar de manera más flexible.
Un nuevo estudio analizó los datos para determinar si este control intensivo de la glucemia ayudaría a reducir las complicaciones a largo plazo de la enfermedad, como pérdida de la visión, insuficiencia renal, daño nervioso y enfermedades del corazón.
“El control más estricto de la glucemia reduce esas complicaciones hasta en un 60 a 70 por ciento”, dijo el doctor David Nathan, del Hospital General de Massachusetts, quien dirigió el estudio.
Los investigadores continuaron con el 99 por ciento de los pacientes tras el fin del estudio en 1993, para averiguar si el mantenimiento de un control más estricto del azúcar en la sangre se traduciría en una mayor vida útil.
“Y resulta que a pesar de todo el grupo está bastante bien, incluyendo los que estaban originalmente en la terapia convencional, aquellos con terapia intensiva tienen una reducción de la mortalidad de un 33 por ciento”, dijo Nathan. “Las personas con diabetes tipo 1 no sólo están mejor si tienen la terapia intensiva, pero su vida útil es probablemente próximo al de la población no diabética”.
Los investigadores están tratando de identificar las causas genéticas y ambientales de la enfermedad y averiguar si pueden obtener células para producir insulina.
(El estudio fue publicado en la Revista de la Asociación Médica Estadounidense).
(Fuente: Voz de América )