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La Agencia Espacial Europea (ESA) prolongará la operatividad del satélite SMOS, la misión que estudia la humedad de los suelos y la salinidad de los océanos, hasta 2021.
Así lo han señalado este jueves alguno de sus responsables en un encuentro organizado por la ESA con motivo, del Día Mundial del Agua, en el que han constatado la “buena salud” del satélite europeo que incluso podría extender su actividad hasta 2024.
El primer paso es prolongarla hasta 2021 y esta decisión la tomó el pasado mes la ESA, reveló Jorge Fauste, jefe de operaciones del instrumento MIRAS, un radiómetro desarrollado por España a bordo del satélite SMOS, que fue lanzado al espacio en noviembre de 2009.
Según Fauste, en estos diez años de vida SMOS ha dado resultados “excelentes” y ha ido más allá de para lo que fue diseñada.
Este satélite de tres brazos y 72 antenas ha conseguido realizar mediciones globales de salinidad de los océanos y de la humedad de la tierra, información importante para que los científicos comprendan mejor la circulación de los océanos y el ciclo del agua.
Esto permite entender mejor las consecuencias del cambio climático y mejorar los modelos climáticos.
No obstante, dijo este experto, para que los datos relacionados con el cambio climático sean robustos se han de tener registros de al menos 30 años y SMOS acaba de cumplir una década.
Lo que sí corroboran los datos enviados por este satélite es que “las variables del cambio climático están ahí; los parámetros que mide reafirman el cambio climático actual”, declaró Fauste, quien, como ejemplo, puso el incremento contemplado en la salinidad del Mediterráneo debido al aumento de las temperaturas.
Más allá de estas aplicaciones, el satélite contribuye a hacer predicciones meteorológicas, con la inclusión del seguimiento de huracanes, y es asimismo capaz de medir la cantidad de agua almacenada en la vegetación, lo que sirve para valorar el riesgo de incendios.
También analiza la velocidad del viento en la superficie oceánica y se ha demostrado útil para medir el hielo ártico.
Este “centinela del cambio climático” supuso un “hito muy relevante” para la industria española, que asumió por primera vez el papel de contratista principal del innovador instrumento MIRAS.
Según Mónica López, del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), la tecnología desarrollada para SMOS ha servido además de guía para construir otros instrumentos en otras misiones, como el radiómetro del satélite Sentinel-2 del programa europeo Copérnico.
En este encuentro también se habló de otra misión vinculada al agua, JUICE, que tendrá como objetivo el estudio de las lunas de hielo de Júpiter y que será lanzada en junio de 2022 desde Guayana Francesa; no llegará a “su planeta” hasta octubre de 2029. EFE