Síguenos en Facebook
Científicos descubrieron un nuevo volcán humeante a un kilómetro bajo el hielo de la Antártida occidental, y alertan de la posibilidad de que su calor aumente la tasa de pérdida de hielo de una de las principales corrientes del continente.
El hallazgo, publicado este domingo en la revista Nature Geoscience se produjo cuando un equipo de expertos investigaba la región de Marie Byrd Land, en la Antártida occidental.
Según explica Doug Wiens, profesor de Ciencias Terrestres y Planetarias en la Universidad de Washington en St. Louis, Estados Unidos, y uno de los investigadores principales del proyecto, se detectó un alto flujo de calor a través de la corteza en la región de Marie Byrd Land que “puede influir en la estabilidad del hielo de la Antártida”.
El equipo de científicos descubrió que en 2010 y 2011 dos eventos sísmicos se detectaron a 25 y 40 kilómetros de profundidad, respectivamente, bajo los glaciares antárticos. Tras una investigación exhaustiva de estos hechos, los investigadores concluyeron de que se trataba de un nuevo volcán que se estaba formando a un kilómetro bajo el hielo.
“Interpretamos estos eventos sísmicos como profundos terremotos de largo período, con base en su frecuencia inusual (de 2 a 4 ciclos por segundo)”, explicaron los investigadores, que añaden que estos terremotos, que tuvieron lugar por debajo de volcanes activos, son causados por una profunda actividad magmática, y en algunos casos, preceden a erupciones.
Otros científicos conjeturan que el movimiento sísmico provendría de Monte Waesche, un volcán existente cerca del Monte Sidley, pero los científicos no saben cuándo estuvo activo, aunque la capa de ceniza que lo cubre establece que la erupción fue hace 8.000 años.
Como conclusión, los investigadores señalan que estas observaciones “proporcionan una fuerte evidencia de la actividad magmática en curso”.
Fuente: RT en español.
Te puede interesar
-
Lima y Buenos Aires podrían desaparecer en 5.000 años por el calentamiento global
-
Banco Mundial redobla esfuerzos para frenar la contaminación ambiental
-
El Ártico sufre de las temperaturas más altas en los últimos 44.000 años
-
El sur de la Amazonía está en mayor riesgo de desaparecer, advierte una investigación