Síguenos en Facebook
Actualmente la NASA monitorea constantemente la actividad del Sol a través del Observatorio de Dinámicas Solares (SDO) y advierte sobre los posibles efectos de tormentas solares o poderosas llamaradas producidas por nuestra estrella. Sin embargo, en la década del 60, una tormenta solar en plena Guerra Fría pudo haber sido la chispa que detonara una guerra nuclear entre Estados Unidos (EEUU-USA) y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS, actual Rusia).
El 23 de mayo de 1967, la Fuerza Aérea de USA (US Air Force) preparó sus aviones de combate para la guerra, pensando que la Unión Soviética había comprometido los radares. Afortunadamente, la división del clima de la Fuerza Aérea reportó que “la mitad del Sol había volado”, afectando las comunicaciones en la Tierra. Los aviones se quedaron en el suelo, y USA evitó desencadenar una guerra nuclear contra la URSS de acuerdo a un estudio difundido por Eureka.
El impacto potencial de la tormenta solar para la sociedad era casi desconocido hasta que los oficiales retirados que abordaron esta crisis contaron sus historias, explicó Dolores Knipp, física espacial de la Universidad de Colorado, quien lideró el estudio sobre cómo la investigación espacial es esencial para la seguridad de USA.
“Si no fuera por el hecho de que se invirtió desde muy temprano en las observaciones del sol y tormentas geomagnéticas, el impacto (de la tormenta) había sido mucho mayor”, señaló. “Esta fue la lección sobre qué tan importante es estar preparados”, agregó la especialista.
MONITOREAR AL SOL
A finales de la década del 50, las Fuerzas Armadas de USA comenzaron a monitorear la actividad solar y el clima espacial – perturbaciones en el campo magnético de la Tierra y la atmósfera superior. En la década del 60, una nueva rama de la aviación estadounidense monitoreaba rutinariamente las llamaradas solares, que actualmente se sabe generan perturbaciones en la Tierra, conocidas como tormentas geomagnéticas y que afectan las comunicaciones en radio.
El 18 de mayo de 1967, se observaron grandes manchas solares en una región de nuestro sol. El 23, los especialistas notaron que el Sol estaba activo y se esperaba una gran llamarada. Observatorios de Nuevo México y Colorado reportaron que nuestra estrella estaba emitiendo ondas de radio de un nivel sin precedentes. Se esperaba una gran tormenta geomagnética.
Ese mismo día, la Fuerza Aérea se dio con un hecho que puso a USA al borde de la guerra. Los radares del Sistema de alerta temprana contra misiles balísticos fueron interrumpidos. Estos radares, diseñados para detectar misiles soviéticos, parecían estar ‘atascados’. Cualquier ataque contra estas estaciones – incluyendo afectar los radares – era considerado un ‘acto de guerra’.
El coronel retirado Arnold L. Snyder recuerda cuando fueron contactados por el comando sobre si pasaba algo especial con el Sol. “Sí, la mitad del Sol ha explotado”, respondió entusiasmado. Luego explicaría de manera más calmada lo ocurría con nuestra estrella. En ese momento, el centro de comando aprendió que las estaciones podrían estar recibiendo emisiones desde el Sol y no la URSS.
En la década del 60, los aviones de la US Air Force estaban en alerta permanente y contaban con armas nucleares. Los aviones durante esta crisis estaban en “modo de lanzamiento”, de acuerdo al estudio, por lo que una demora en la transmisión habría tenido consecuencias catastróficas. Si en aquellos años no se hubiera monitoreado al Sol, probablemente habría estallado una guerra nuclear. De hecho, esta tormenta sirvió para que las Fuerzas Armadas reconocieran la importancia del clima espacial y reforzarán los sistemas.
Durante una semana, las comunicaciones radiales en USA se vieron afectadas por esta tormenta, de acuerdo al estudio. Fue tan poderosa que las Luces del Norte, usualmente visibles en el círculo ártico, también se pudieron apreciar en Nuevo México.
NASA: Torciendo material solar sobre la superficie del Sol | VIDEO
DATOS CLAVES SOBRE EL SOL…
- Es una estrella tipo G que se encuentra en el centro de nuestro sistema dentro de la Vía Láctea.
- Es una bola esférica casi perfecta de plasma que tiene un campo magnético.
- Tres cuartas partes de su masa constan de hidrógeno. El resto es helio y otros elementos como oxígeno, carbón, neón y hierro.