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Grasshopper, un prototipo de cohete reusable diseñado por la compañía privada de exploración espacial SpaceX, completó el pasado 17 de diciembre su tercera prueba, que lo llevó a elevarse unos 40 metros (29 segundos) antes de aterrizar sin problemas, informó The Huffington Post.
Este nuevo diseño de cohete intenta solucionar uno de los grandes retos de los viajes al espacio: los altos costos. Al construir uno de estos vehículos que regresa a salvo a la Tierra, este podrá ser utilizado en múltiples viajes.
En dos pruebas anteriores Grasshopper se elevó y aterrizó, sin problemas, 1,8 metros en septiembre y 5,4 metros en noviembre.
Durante esta prueba, el prototipo, de un tamaño de 32,9 metros, está siendo utilizado como la primera etapa del cohete Falcon 9, el mismo que envió a mediados de año a la cápsula Dragon a la Estación Espacial Internacional.
En el futuro estas compañías esperan poder hacer la mayoría de los componentes de un lanzamiento reusables.
