NASA: encuentran fuente de rayos cósmicos radioactivos

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Un grupo de estrellas masivas divisadas por el Telescopio Espacial Hubble. El racimo está rodeado por nubes de gas interestelar y polvo llamado nebulosas. La nebulosa, localizada a 20.000 años luz de distancia en la constelación Carina, contiene el racimo central de grandes estrellas calientes. Recibe el nombre de NGC 3603. Recientes investigaciones muestran que rayos cósmicos galácticos fluyendo a nuestro sistema solar se originan de racimos como este. (Foto: NASA/U. Virginia/INAF, Bologna, Italy/USRA/Ames/STScI/AURA)
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Debido a los escudos protectores ante rayos cósmicos galácticos en la heliosfera o estratósfera, estas estructuras son importantes para los planetas que orbitan alrededor de una estrella. (Foto: NASA/Goddard/Adler/U. Chicago/Wesleyan)
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FOTOS. La mayoría de los rayos cósmicos que detecta la NASA en la Tierra se originaron relativamente hace poco en grupos de estrellas masivas, de acuerdo a los nuevos resultados de la nave espacial Advanced Composition Explorer (ACE).

El Explorador de Composición Avanzada permitió al equipo de investigación determinar la fuente de estos rayos cósmicos al hacer las primeras observaciones de un tipo raro de rayo cósmico, que actúa como un pequeño temporizador, limitando la distancia que puede tener la fuente con la Tierra, explicó la NASA .

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“Antes de las observaciones de ACE, no sabíamos si esta radiación era creada hace muchos años y un lugar muy lejano, o relativamente cerca y recientemente”, indicó Eric Christian del Goddard Space Flight Center de la NASA.

Los rayos cósmicos son núcleos atómicos de gran velocidad con una amplia gama de energía – la más poderosa carrera a casi la velocidad de la luz. La atmósfera de la Tierra y su campo magnético nos protegen de los rayos cósmicos menos energéticos, que son los más comunes.

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Sin embargo, los rayos cósmicos con una amenaza para los astronautas sin protección que viajan más allá del campo magnético de la Tierra. ¿El motivo? Pueden actuar como balas microscópicas dañando estructuras y rompiendo moléculas en células vivas. La NASA actualmente está investigando modos para reducir o mitigar los efectos de la radiación cósmica a fin de proteger a los astronautas que viajarán a Marte.

Los rayos cósmicos son producidos por una variedad de eventos violentos en el espacio. La mayoría de los rayos cósmicos originados dentro de nuestro sistema solar tienen relativamente poca energía y vienen de eventos explosivos en el Sol, como llamaradas y eyecciones de masa coronal. Los rayos cósmicos de la más alta energía ocurren rara vez y se creen que son potenciados por agujeros negros masivos que se atiborran de materia en el centro de otras galaxia.

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Los rayos cósmicos que son objeto de este estudio vienen de las afueras de nuestro sistema solar pero dentro de nuestra galaxia y son llamados rayos cósmicos galácticos. Se creen que son generados por las ondas de choque de estrellas que explotan, llamadas supernovas.

Los rayos cósmicos galácticos detectados por ACE que permitieron al equipo estimar la edad de estos, así como la distancia de la fuente, contienen una forma radioactiva de hierro llamado Iron-60. Este es creado dentro de estrellas masivas cuando explotan y luego lanzadas hacia el espacio por las ondas de choque de la supernova.

El Iron-60 en algunos escombros de estrellas destruidas es acelerado a la velocidad de rayos cósmicos cuando otra estrella masiva en el grupo explota y sus ondas chocan con remanentes de la primera explosión estelar.

Los rayos cósmicos galácticos de Iron-60 no viajan mucho en cuanto a escala galáctica por dos razones. Primero, no pueden viajar en línea recta porque están cargados eléctricamente y responden a fuerzas magnéticas. En tal sentido, están forzados a tomar caminos serpenteantes a lo largo de los campos magnéticos de la galaxia. Segundo, El Iron-60 es radioactivo y en aproximadamente 2,6 millones de años, la mitad se habrá autodestruido.

“Nuestra detección de rayos cósmicos radiactivos es una prueba de que ha habido más de una supernova en los últimos millones de años en nuestro vecindario en la galaxia”, explicó Robert Binns de la Universidad de Washington.

“En 17 años de observaciones, ACE detectó alrededor de 300.000 rayos cómicos galácticos de hierro ordinario, y solo 15 del radiactivo Iron-60”, indicó Christian.

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Esta nota sobre la NASA fue publicada originalmente el 23.04.2016 a las 09:44 pm.

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