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Masaya. El zoológico de Nicaragua acogió esta semana a su primer hipopótamo: Fátima, una hembra de casi tres años que disfruta cuando le acarician la cabeza mientras descansa bajo el agua y que los niños que la visiten.

“Ahh.. ¡Qué linda!, sólo en las películas habíamos visto un hipopótamo”, exclamaron los niños de un colegio de la capital que llegaron este viernes a conocer a Fátima al Zoo, 16 km al sur de Managua.

“Es muy bonita, vamos ver en un par de años cómo crece”, dijo a la AFP el presidente de la Fundación del Zoo, el veterinario Eduardo Sacasa.

Precisó que Fátima come diariamente tres sandías, tres papayas, 10 pepinos, 20 plátanos maduros, 10 libras (unos 4.5 kilos) de concentrado para caballo y 120 onzas de leche (unos 3.5 litros). “Come mucho, es bien costoso su mantenimiento”, admitió Sacasa.

La hipopótamo de más de 450 kg fue donada al Zoo por un nicaragüense que dijo, con documentos en mano, que se la habían regalado, indicó el veterinario, que no quiso identificar al donante.

“Me imagino que la consiguió en un circo”, dijo Sacasa a la AFP.

“Vino, preguntó si la podíamos tener en el zoológico y que va a correr con todos sus gastos”, agregó, mientras Fátima lo observa desde la pileta de agua, donde permanece casi todo el día.

Como el donante aparentemente no tenía condiciones para cuidarla en su casa, la entregó al Zoo con el compromiso de alimentarla y de construirle un espacio con una pileta de agua profunda.

Los hipopótamos, que pueden llegar a pesar 1,800 kilos, son uno de los animales más grandes del mundo después del elefante y la ballena.

Son originarios de África, mientras que en América Latina se crían sólo en cautiverio, generalmente en los zoológicos.

Este hipopótamo necesita una gran cantidad de alimentos diarios, entre frutas, verduras y leche. (Foto: AFP)
Este hipopótamo necesita una gran cantidad de alimentos diarios, entre frutas, verduras y leche. (Foto: AFP)
Fátima es el único ejemplar de esta especie que integra la exótica fauna del Zoo de Nicaragua, un pequeño centro de protección y rescate de más de 900 animales, muchos en vías de extinción, entre ellos un par de tigres blancos.

“Nunca pensé que podíamos llegar a tener un hipopótamo”, dice Sacasa, mientras un nuevo grupo de colegiales observa maravillado al animal detrás de las rejas de la jaula a cielo abierto.

“Es espectacular, nos distraemos viendo algo que no conocemos”, dice Michel, alumna de tercer grado.

“Está bonita y bien cuidada, teníamos la esperanza que algún día iban a traer un hipopótamo”, comenta por su parte Darling Orozco, de 31 años.

Fuente: AFP