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Los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, y China, Xi Jinping, pidieron hoy a Corea del Norte una moratoria de sus ensayos con misiles y armas nucleares en el marco de una iniciativa común para el arreglo del conflicto coreano.

Según un comunicado conjunto, Moscú y Pekín consideran “inadmisible” el anuncio de Pyongyang sobre el lanzamiento de su primer misil balístico intercontinental: un ICBM bautizado Hwasong-14 que alcanzó una altura máxima de 2.802 kilómetros y recorrió 933 kilómetros.

Por ello, piden a Corea del Norte que, “de manera voluntaria”, declare “una moratoria de las pruebas con armamento nuclear y los ensayos de misiles balísticos” y le instan a cumplir estrictamente las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que impiden tales actividades.

Además, instan a Estados Unidos (EEUU-USA) y a Corea del Sur, principales enemigos de Pyongyang, “a que se abstengan de realizar maniobras militares conjuntas a gran escala”, precisamente una de las excusas que siempre expone el régimen comunista para lanzar sus continuos desafíos nucleares.

E insisten en que el despliegue del escudo antimisiles norteamericano THAAD en el sureste de Asia “representa un grave perjuicio para los intereses de seguridad estratégica de los países de la región, incluidos Rusia y China”.

“La escalada de la tensión político-militar en esa región, que está condenada a provocar un conflicto militar, exige de la comunidad internacional la adopción de medidas colectivas para el arreglo pacífico del conflicto a través del diálogo”, apunta.

Vladimir Putin explicó tras reunirse con Xi que ambas partes acordaron impulsar de manera activa “una iniciativa común”, basada en el plan ruso de arreglo coreano por etapas y la idea china de “congelar paralelamente las actividades de misiles y nucleares de Corea del Norte y las maniobras militares a gran escala de USA y Corea del Sur”.

“La solución del problema en la península coreana con el fin de garantizar una paz y estabilidad sólidas en el noreste de Asia figura entre las prioridades de la política exterior común”, subrayó Vladimir Putin.

En el comunicado, Rusia y China se muestran “en contra de la presencia de fuerzas militares ajenas al noreste de Asia y su ampliación con la excusa de la lucha contra el programa nuclear y de misiles de Corea del Norte”.

Añade que “las preocupaciones de Corea del Norte deben ser respetadas. Otros países deben realizar esfuerzos para la reanudación de las negociaciones” a seis bandas sobre el programa nuclear coreano.

Rusia y China recuerdan la necesidad de cumplir el comunicado conjunto de septiembre de 2005 por el que Corea del Norte se comprometió a abandonar el programa nuclear a cambio de ayuda y garantías de seguridad.

“El empleo de medidas militares para la solución del problema en la península coreana debe ser excluido”, indica.

Rusia, que comparte unos 20 kilómetros de frontera con Corea del Norte, y China, único aliado del líder comunista, Kim Jong-un, son parte de las negociaciones a seis bandas, que incluyen también a ambas coreas, EEUU y Japón, y que llevan estancadas desde 2008.

En los últimos meses, tanto Rusia como China han condenado los ensayos armamentistas norcoreanos, aunque también han acusado a *USA de provocar a Pyongyang con el despliegue de su Armada en la zona y los ejercicios militares con los surcoreanos.

Con todo, hoy el ministerio de Defensa ruso rebajó la magnitud del problema, al asegurar que el misil norcoreano no era balístico, sino de alcance medio.

“El cohete se elevó a una altura de 535 kilómetros, recorrió cerca de 510 kilómetros y cayó en la parte central de mar del Japón”, indicó el ministerio ruso en una nota.

Mientras, los diputados rusos calificaron de “delirio” la afirmación de Pyongyang de que “puede atacar cualquier lugar del mundo”, y los expertos precisaron que los norcoreanos carecen de la tecnología necesaria para llevar una cabeza nuclear hasta su destino.

Este asunto será tratado el 7 de julio en el marco del G20 por Vladimir Putin y el presidente de USA, Donald Trump, aunque la prioridad en la agenda serán Siria y Ucrania.

Trump, cuya administración ha insinuado la posibilidad de ataques preventivos contra Corea del Norte, confió en que China tome cartas en el asunto y acabe “con ese sinsentido de una vez por todas”.

El ensayo norcoreano, el primero desde el pasado 8 junio y el undécimo desde que comenzó el año, se produjo poco después de que Trump recibiera en Washington al nuevo presidente surcoreano, Moon Jae-in.

Fuente: EFE