Otro joven murió al recibir un balazo en la cabeza (Foto: Agencia Brasil)

Otro joven murió al recibir un balazo en la cabeza (Foto: Agencia Brasil)

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Cuando faltan menos de dos meses para el inicio del Mundial Brasil 2014, el barrio de Copacabana, en Río de Janeiro, se convirtió en escenario de enfrentamientos entre policías y habitantes, que hasta el momento han dejado dos muertos, informó la AFP.

La violencia estalló el martes tras la muerte de un bailarín de TV Globo, de 25 años, cuyo cuerpo sin vida fue hallado el martes en una guardería de niños de la comunidad, un día después de un enfrentamiento armado entre las fuerzas del orden y supuestos delincuentes.


La Policía negó cualquier responsabilidad en la muerte del joven, identificado como Douglas da Silva Pereira, pero su madre, la enfermera Maria de Fátima Silva, afirmó que su hijo fue “torturado hasta la muerte por la policía de pacificación”, haciendo referencia a la Unidad de Policía Pacificadora (UPP).

La UPP es un programa policial creado en 2007 por la gobernación de Río para expulsar a los narcotraficantes que controlan las favelas, pero para la mujer de 56 años esta “es una farsa, una mentira”.


Según el informe de los médicos forenses, Da Silva Pereira murió por una “hemorragia interna a raíz de una laceración pulmonar” causada por una herida perforante de tórax, haciendo suponer que un disparo acabó con su vida.

Además del bailarín, durante las protestas falleció otro joven de 27 años al recibir un balazo en la cabeza.

“La policía disparaba balas de verdad y los habitantes se protegían como podían tirando piedras y botellas, con cajones de madera”, contó un testigo de las protestas a la AFP.

Este residente y otros vecinos aseguraron también que un niño de 12 años habría muerto en los enfrentamientos, pero esta información no ha sido confirmada.


Según el coronel Frederico Caldas, coordinador general de las UPP, la manifestación culminó, alentada por “marginales”, con “escenas de violencia, depredación, objetos quemados, coches quemados”.


Las protestas en Copacabana, una de las áreas más ricas y turísticas de Río, vuelven a afectar la imagen del país que albergará la Copa del Mundo. Cientos de miles de personas visitarán esta ciudad entre el 12 de junio y el 13 de julio.