(Foto: Twitter)

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Estudiantes y oposición protestaron durante meses contra el presidente Nicolás Maduro. El fin del régimen parecía inevitable. Hoy Maduro tiene su puesto más asegurado que nunca y la prensa está condenada al silencio.

“Epalisticia SL” es una empresa inscrita en el Registro Mercantil de Madrid, dedicada a “la compra, venta, alquiler, diseño y desarrollo de propiedades, fincas y granjas de todo tipo”. Está dirigida por ocho empleados, que ocupan su puesto desde el 26 de mayo 2014 y que se han hecho conocidos por la compra de “El Universal”, un periódico tradicionalmente crítico con el Gobierno de Venezuela.

Menos diversidad, menos debate

“El Universal” ha dejado de publicar artículos críticos y ha implantado un nuevo “Manual de Estilo y Ética”. 26 periodistas que mostraron desacuerdo fueron despedidos. Éste es el tercer medio de comunicación independiente que se ha vendido en Venezuela en el último año y medio. Le precedieron el canal “Globovisión” y el grupo editorial “Cadena Capriles”.

El director de la ONG “Espacio Público”, Carlos Correa, cree que “el manual es sólo una maniobra de distracción para desarrollar otras medidas, con las que tratar de dar un cambio radical a la línea editorial. El objetivo es hacer publicaciones menos críiticas con el gobierno. El resultado es que hay menos diversidad y menos debates en la prensa.

Llama la atención cómo se anticipa el Gobierno de Maduro a la actuación de la prensa crítica: en vez de censura, utiliza a particulares, que se encargan de implantar en emisoras y publicaciones una línea editorial en sintonía con la suya.

El nuevo poder del presidente

El analista Daniel Lansberg-Rodríguez, de la Universidad de Texas, asegura que es una estrategia muy inteligente. “Si alguien acusa al Gobierno o a sus partidarios de censura, contestarán que gran parte de los medios de Venezuela son independientes y están en manos privadas”. Esta forma de actuar también pone de manifiesto el nuevo poder del presidente.

Hace un año, los días de Nicolás Maduro parecían contados, a la vista de la situación catastrófica de abastecimiento, la criminalidad y las violentas protestas con decenas de muertos y cientos de heridos. Sin embargo, hoy se sienta en su silla más seguro que nunca.

Esto tiene dos razones: el régimen de Maduro no sólo ha atraído a políticos de la oposición bajo amenazas de cárcel, también ha contenido las protestas. Además, se ha vendido como una victoria frente a una conspiración de Estados Unidos contra Venezuela. Algo que, aparentemente, ha convencido al hasta hace poco bastante dividido Partido Socialista Unido de Venezuela(PSUV).

La estrategia de la oposición no funciona

La otra razón es la lamentable situación de la oposición venezolana, con enfrentamientos entre las diferentes fuerzas y desavenencias sobre la línea política. La coalición que forma la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) no supone hoy un problema para el Gobierno, especialmente, tras la reciente renuncia de su anterior jefe, Ramón Guillermo Aveledo.

La estrategia de la oposición, con protestas masivas en las calles, ha fallado. También la apuesta del ex candidato presidencial Henrique Capriles, basada en esperar. “Dejamos que la crisis económica y social hicieran su trabajo, porque sabíamos que iban a venir. Después, solo debíamos provocar una crisis política.” Una actitud que raya en el cinismo.

Presidente indiscutido

Es evidente que la MUD no logra acercarse a las masas que viven de las subvenciones del gobierno. La seguridad de Maduro se refleja también en su más reciente propuesta: encarecer el precio de la gasolina, que subvencionada exageradamente, será incrementado a niveles realistas. El último incremento del precio de la gasolina se registró hace 25 años y fue acompañado de un levantamiento popular que cobró la vida de 300 personas. Maduro no debe temer escenarios similares. Tampoco debe temer r a la prensa.

(Fuente: Marc Koch/Deutsche Welle )