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Un supuesto ataque químico con glas cloro registrado este lunes en Siria volvió a desencadenar hoy un cruce de acusaciones entre Rusia y USA en el Consejo de Seguridad de la ONU.
El episodio tuvo lugar en la ciudad de Duma, un bastión opositor bajo asedio del Ejército sirio, y afectó a al menos 21 personas, según fuentes rebeldes y de la ONG Observatorio sirio de Derechos Humanos.
USA y sus aliados señalaron rápidamente al régimen de Bachar al Asad como culpable y apuntaron a Rusia, su principal aliado, como responsable indirecto.
“Si estas informaciones son ciertas, este ataque en Siria debe pesar seriamente sobre su conciencia”, dijo a las autoridades rusas la embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley.
Rusia respondió convocando una sesión de urgencia del Consejo de Seguridad, en la que criticó a Washington y sus aliados y durante la que planteó la creación de una nueva comisión internacional para investigar los ataques químicos en Siria.
La propuesta llega después de que Moscú vetara repetidamente el pasado otoño iniciativas para dar continuidad al mecanismo conjunto de Naciones Unidas y la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) puesto en marcha en 2015 con ese cometido.
Para Rusia, esa investigación estaba “totalmente desacreditada” y se había convertido en un instrumento de “manipulación política”.
Las potencias occidentales, mientras tanto, defendieron siempre que las críticas rusas al mecanismo eran simplemente un intento por defender a sus aliados de Damasco después de que los expertos responsabilizaran al régimen de haber usado armas químicas.
En esa línea, EE.UU. argumentó hoy que la propuesta sobre una nueva comisión hecha por Rusia no busca más que “distraer” del último supuesto ataque químico.
“Cuando a Rusia no le gustan los hechos, intentan distraer la conversación”, aseguró Haley.
“Estados Unidos y la comunidad internacional no van a ser engañados”, insistió.
La embajadora estadounidense dijo que Rusia es “cómplice” de las “barbaridades” del régimen sirio por “mirar para otro lado” y por haber puesto fin a la investigación internacional sobre el uso de sustancias químicas.
Haley rechazó ya de entrada la propuesta rusa sobre un nuevo mecanismo, algo que criticó duramente el representante de Moscú, Vasili Nebenzia.
Para Nebenzia, ello demuestra que USA no quiere una investigación independiente y que pretende ser “juez y parte”, acusando al Ejército sirio del último supuesto ataque antes de tener pruebas.
Mientras tanto, veinticuatro países acordaron hoy en París establecer un mayor control y más sanciones para quienes usen armas químicas, en una iniciativa francesa para actuar contra el régimen de Asad.
Desde la capital gala, el secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson, responsabilizó a Rusia de las acciones del Gobierno sirio, recordando que en 2013 accedió a garantizar que “su aliado” dejara de usar armas químicas.
“Rusia aceptó la responsabilidad como garante para que su aliado sirio pusiera fin a todo uso de armas químicas y acabara con las que tenía almacenadas”, indicó Tillerson.
En respuesta, Nebenzia dio a entender que las nuevas acusaciones contra Damasco son un intento de perjudicar a las próximas reuniones para tratar de lograr una solución negociada al conflicto en el país árabe.
La cuestión de las armas químicas es una de las pocas en las que las potencias del Consejo de Seguridad han sido capaces de forjar acuerdos desde que se inició la guerra en Siria.
En 2013, como consecuencia de un pacto entre Rusia y Estados Unidos, Siria aceptó la destrucción de su arsenal químico tras varios supuestos ataques.
Tras ello, el Consejo pactó la creación del mecanismo conjunto de investigación para señalar a los responsables del uso de esas armas, pero el consenso comenzó a debilitarse conforme los expertos fueron señalando culpables y Rusia comenzó a cuestionar sus conclusiones.
Desde que en noviembre venció el mandato de ese grupo, conocido por las siglas inglesas de JIM, los Estados miembros han discutido posibles salidas, pero por ahora parecen muy alejados de un acuerdo.
Fuente: EFE