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Human Rights Watch responsabilizó al ejército ucraniano del uso de bombas racimo en Donbass. Kiev rechaza las acusaciones y algunos observadores ponen en duda el informe de la organización.
Según la acusación de la organización pro derechos humanos Human Rights Watch, en el este de ucrania se utilizaron bombas racimo o de fragmentación, seis personas fallecieron en doce casos documentados y docenas cayeron heridas.
“A principios de octubre enviamos una misión al este de Ucrania para investigar el uso de bombas racimo”, aclara a DW Hugh Williamson, director regional de HRW para Europa y Asia central. Según su versión, expertos en explosivos que interrogaron a personas y periodistas en la región y podían determinar el tipo de misiles usados y si el ejército ucraniano disponía de ellos. Pero lo más importante fue averiguar las posiciones desde las que fueron disparados.
“Los expertos calcularon los trayectos de los misiles, los objetivos y las bases de lanzamisiles concluyendo que procedían de tropas ucranianas. No podemos estar totalmente seguros pero todos los indicios apunta en esa dirección”, dijo Williamson.
Armas prohibidas
La organización HRW considera el uso de bombas racimo como un crimen de guerra. Los expertos en derechos humanos se remiten al tratado de bombas racimos firmado por 114 estados y ratificado por 86. Ni Ucrania ni Rusia se unieron a la prohibición y por eso HRW quiere que Kiev lo firme, alegando que en Donbass se encontraron restos de misiles con bombas racimo del tipo Uragan y Smertsch.
Wladyslaw Selensjow, portavoz el ejército ucraniano, rechaza las acusaciones aclarando que el ejército tiene lanzaderas del tipo Uragan y Smertsch, pero no bombas racimos. “Cuando hay civiles en las posiciones de los rebeldes ni siquiera las usamos”, puntualiza Selensjow. Tampoco el portavoz de la misión de observadores de la OSDE en Ucrania, Michael Bociurkiw, cree que el ejército ucraniano usase bombas racimo: “El 90% de nuestros observadores están en el este de Ucrania. Si hubiésemos visto algo así habríamos avisado. Pero a pesar de nuestros informes sobre munición y disparos, no nos consta”.
Dudas respecto a HRW
Los expertos militares son los únicos que pueden dar informes fiables sobre el uso de bombas racimo, aclara Anton Michnenko, del Instituto de Investigación para el Ejército, la Conversión y el Desarme de Ucrania. ”Las organizaciones civiles no tienen gente cualificada que distinga las explosiones y desde dónde fueron disparadas”, critica Michnenko a HRW, apuntando a que los separatistas podrían haber desinformado conscientemente a la organización.
También Nikolai Sunhurowskyj, del Centro de Investigación Rasumkow de Kiev duda de las acusaciones alegando que se basan solo en declaraciones de testigos que supuestamente vieron volar los proyectiles. Sunhurowskyj no descarta que fueran unidades vagabundas de los rebeldes quienes las utilizasen, disparando desde la tierra de nadie. No tiene sentido que Ucrania dañe las infraestructuras en Donbass ya que después tendría que reconstruirlas, defiende Serhij Sgurez, de la consultora Defense Express. Sin embargo, Moscú podría querer debilitar el potencial económico de la región y desacreditar a los militares.” El uso de bombas racimos serviría a la perfección para este cometido”, aclara Sgurez.
Informes independientes
Para el Gobierno federal alemán, sería necesaria una investigación independiente que aclare los hechos achacados al ejército ucraniano. Según el responsable de Rusia en el Gobierno, Gernot Erler, no tiene pruebas de que se haya usado ese tipo de municione en Ucrania. “Pero HRW es una institución seria y en el proyecto también estaba el New York times. Es decir, sería como acusar al Gobierno ucraniano si tener sospechas”, aclara Erler: “Por eso es necesario esclarecer el caso con un examen internacional e independiente”.
(Fuente: Deutsche Welle )