Los cigarrillos electrónicos exponen a los usuarios a emisiones tóxicas similares a las que se encuentran en el humo de un cigarro. (Foto: Pixabay)

Los cigarrillos electrónicos exponen a los usuarios a emisiones tóxicas similares a las que se encuentran en el humo de un cigarro. (Foto: Pixabay)

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El uso de los cigarrillos electrónicos se ha popularizado entre quienes quieren dejar el vicio de consumir tabaco a diario o entre quienes ven novedoso este sistema para inhalar un vapor con diferentes sabores. De acuerdo a cifras del Ministerio de Salud del 2019, el 22% de los adultos mayores de 20 años lo utilizaron. En tiempos de pandemia por COVID-19, es un dato importante, pues el Minsa advierte que los consumidores de tabaco en cualquiera de sus presentaciones – ya sea como cigarrillo tradicional o electrónico – tienen más probabilidades de adquirir una enfermedad o una capacidad pulmonar reducida, lo que a su vez aumentaría su riesgo de generar enfermedad grave en caso de un contagio de COVID-19.

“Los cigarrillos electrónicos son dispositivos que no queman ni utilizan hojas de tabaco, sino que vaporizan una solución que contiene principalmente glicerol, propilenglicol, aromatizantes y proporciones variables de nicotina que en algunos casos superan los 20 mg/mL considerado como un máximo de acuerdo a estándares europeos. Además, el calentamiento y vaporización de esta solución puede generar un elevado número de compuestos tóxicos para la salud”, explica el Dr. Francisco Tarazona, Director de la carrera de Ingeniería Química de UTEC.

Cada 31 de mayo se celebra el Día Mundial sin tabaco y, en la emergencia sanitaria que vivimos, es necesario recalcar los peligros que implica su consumo, incluso en la forma de cigarrillos electrónicos, que no son tan inofensivos como se pensaba hace unos años. Por eso, el especialista nos indica sus principales riesgos:

1. Potencial toxicidad. Aunque el propilenglicol y la glicerina son considerados por la Food and Drug Administration (FDA) de EEUU como sustancias de grado alimentario o GRAS (generalmente tenidas como seguras, por sus siglas en inglés), esta designación es aplicable para su consumo por vía oral alimenticio y no para su inhalación en aerosoles generados por cigarrillos electrónicos. Además, es importante señalar que algunas marcas contienen etilenglicol que no es listado como GRAS y es por ende potencialmente tóxico, al igual que aldehídos como la acroleína, el formaldehído, el benzaldehído generados durante el calentamiento del líquido así como pequeñas cantidades de metales pesados y otros compuestos carcinogénicos y teratogénicos identificados en el líquido y los vapores.

2. Ligado a enfermedades. De acuerdo a un informe publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el 2020, los cigarrillos electrónicos exponen a los usuarios a emisiones tóxicas similares a las que se encuentran en el humo de un cigarro, muchos de los cuales pueden causar
cáncer. Además,están asociados a un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, trastornos pulmonares y efectos adversos sobre el desarrollo del feto durante el embarazo.

3. Peligro para los niños. Lamentablemente, el uso de los cigarrillos electrónicos se ha popularizado entre los menores de edad a nivel mundial, debido a su variedad de sabores y a la errada creencia en su inocuidad. Sin embargo, la OMS advierte que son particularmente riesgosos para ellos, pues la nicotina es altamente adictiva y su uso puede tener efectos nocivos duraderos en el desarrollo de sus cerebros.

“Los cigarrillos electrónicos pueden ser una fuerte amenaza. Por eso, en UTEC, buscamos informar a la población y formar ingenieros químicos conscientes de los desafíos de la sociedad a nivel local, regional y mundial y con competencias que les permitan ser líderes, dando soluciones integrales, sostenibles, e innovadoras para el desarrollo y la investigación científica de procesos comprometidos con la salud integral de las personas y el medio ambiente”, finaliza Tarazona

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