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El presidente de Siria, Bashar Al Assad, confirmó hoy que su gobierno acatará la resolución de Naciones Unidas que exige a ese país eliminar su arsenal de armas químicas y cumplir ciertas obligaciones.
El documento, aprobado en Nueva York por el Consejo de Seguridad de la ONU, establece inspecciones antes de 30 días en todos los sitios donde haya ese tipo de armamento, según lo declarado por el régimen sirio. Es probable que ese proceso empiece el 1 de octubre.
“Por supuesto, vamos a respetarla y nuestra historia demuestra que siempre hemos respetado nuestra firma en todos los tratados que hemos suscrito”, declaró el controvertido gobernante.
Asimismo, estimó que Europa “no tiene la capacidad necesaria” para desarrollar un rol en las negociaciones de paz en Siria, a desarrollarse en Ginebra (Suiza).
“La mayoría de países europeos no tienen la capacidad de desempeñar un rol en Ginebra, ya que no tienen lo que se necesita para tener éxito en ese papel”, comentó.
Rebeldes se reorganizan
Mientras Al Assad anunciaba su obediencia a los acuerdos de la ONU, un grupo de rebeldes que luchan contra el régimen sirio se unió para formar el ‘Ejército del Islam’.
El titular de dicha asociación es el miliciano Sahran Allush, líder de la Brigada Liva al Islam, que opera en los alrededores de Damasco.
La conformación de este nuevo ejército supone una nueva pérdida de influencia para la Coalición Nacional Siria, la principal fuerza opositora, y para el Ejército Libre de Siria, vinculado a la misma.